Los mexicas de Tenochtitlan decidieron desde un principio comerciar con sus vecinos inter- cambiando los productos que ofrecía la laguna -peces, ranas, anátidas, etc.-, por aquellos otros de los que carecían, fundamentalmente maíz para la alimentación y madera, piedra y cal para la construcción.
En
un momento determinado decidieron escoger un gobernante propio y fueron a
buscarlo a Colhuacan, eligiendo para ello al hijo de un
mexica y de una princesa colhua -en la pestaña de “La migración” hice
alusión a los lazos familiares establecidos entre las gentes colhuas
y los mexicas en tiempos de su estancia en Tizaapan-.
Consiguieron con ello una doble legitimidad, la de la propia sangre y la de la
descendencia tolteca, por el prestigio que proporcionaba un linaje proveniente
de la antigua cultura de Tollan, ciudad de la que Colhuacan era
uno de sus últimos reductos.
El
elegido fue Acamapichtli -Manojo de cañas-, que
como se ha dicho era hijo de un mexica, Opochtli, y de una princesa
colhua, hija de Coxcox de Colhuacan. Este altepetl tenía un sistema
de gobierno cuatripartito cuyos señores pertenecían a dinastías distintas, de
las cuales la que aquí nos interesa es la representada por Coxcox,
abuelo materno del futuro tlahtoani mexica. El sucesor
de Coxcox, también llamado Acamapichtli o Huehue
Acamapichtl, fue destronado y muerto por Achitometl y
cuya usurpación dio lugar a la decadencia de Colhuacan. Durán, nos
dice al respecto:
"Estos [los mexicas], viendo ya su çiudad y asiento fundada, determinaron de buscar Rey, haciendo su junta y cabildo truxeron por señor un hijo de Opochtzin, señor de los mexicanos, que viviendo los mexicanos en Tiçaapan se auia casado con una señora de Culhuacan llamada Atotoztli, de la cual auia auido este hijo llamado Acamapich; del cual los mexicanos tenían noticia, que de mas de ser de línea de sus señores, auia salido muy valeroso moço y acudia a la lignea y sangre de donde decendía. Traydo a la ciudad, fué eleto por rey della en paz y concordia y sin contradicion de ninguna persona, y él con toda umildad recebió el mando y cura del reino, con carga de subjecion y vasallaje á los de Azcaputzalco, pues á causa de auer edificado en sus tierras, les eran tributarios."1
Así pues, es de creer que mucho tendrían que ver los tepanecas en la elección de Acamapichtli, dada la situación de dependencia de Tenochtitlan respecto al señorío de Atzcapotzalco. Incluso el historiador Ixtlilxoxochitl2 afirma que era hijo del señor tepaneca.
Un personaje femenino
sobre el que existen discrepancias es Ilancueitl -Falda de
anciana-, a quien una fuente histórica designa como esposa de Acamapichtli;
otra, como madre; otra, como tía o madre adoptiva además de esposa.
Independientemente de su verdadera relación con Acamapichtli, lo
cierto es que, si fue su esposa, no tuvo descendencia con el mismo. Las
principales autoridades tenochcas, sin embargo, dieron a sus hijas como esposas
al nuevo gobernante, de las que tuvo numerosos herederos, que aumentaron la
incipiente nobleza mexica. He aquí lo que dice Fray Diego Durán:
"Fue casado este rey con una gran señora, natural de Culhuacan, llamada Ilancueitl, la cual fue estéril y infecunda, de lo cual el rey y todos los grandes tenían mucho pesar; y temiendo su reino no quedase sin eredero, tuvieron los señores entre sí su consejo y determinaron de que cada uno dellos le diese una de sus hijas, para que teniéndolas por mugeres, dellas naciesen erederos del reino y sucesores; […]; en fin, cada uno de los grandes señores y ayos del dios, cada uno ofreció al rey una de sus hijas por muger, al rey, para que de allí sucediese línia de los señores de la tierra."3
Desde
el punto de vista externo la situación de la nueva población sería insegura,
dada la posición política inamistosa de los pueblos vecinos y, militarmente, a
la dificultad de poner de acuerdo a los líderes de los varios calpoltin,
quienes tendrían sus propios intereses. La opción por un príncipe foráneo,
aunque de sangre mexica, tuvo el efecto de fortalecer la dirección de los
asuntos bélicos y diplomáticos, a la vez que, en contrapartida, los dirigentes
de calpolli se aseguraron cierta influencia en el nuevo orden
de poder más centralizado, a través de la pertenencia de parte de su
descendencia a la futura nobleza -los pipiltin-4que
surgió de esas relaciones matrimoniales.
Mientras tanto Mexico-Tlaltelolco estaba más próxima a la órbita tepaneca y algunas fuentes están de acuerdo en que el primer gobernante de la ciudad, Cuacuauhpitzahuac, fue nombrado por el señor de Atzcapotzalco, difiriendo solamente en si era hijo de Tetzotzomoc o hermano de éste.5
Manuscrito Tovar. Representación de Acamapichtli ciñendo
la mitra de turquesas -xiuhuitzolli- de tlahtoani. A
la izquierda glifo indicativo de su nombre -Manojo de cañas-.
Aunque las narraciones discrepan en cuanto a las fechas que abarcó el gobierno de Acamapichtli, lo más probable es que su duración se situase aproximadamente entre 1.375 - 1.395 d.C.
De entre las campañas militares emprendidas bajo su
mandato, como auxiliares de los tepanecas, hay que citar las de Chalco,
Xochimilco, Mizquic, Cuitlahuac y Cuauhnahuac; además de
las de Chimalhuacan, Cuauhximalpan y Xilotepec.
"El intérprete de la Colección de Mendoza atribuye a este rey la conquista de Mizquic, Cuitlahuac, Cuauhnahuac y Xochimilco; pero mal podrían conquistar los mexicanos otras ciudades cuando apenas podían mantenerse en la suya. Lo más verosímil es que sirviesen de tropas auxiliares a otros estados contra aquellos lugares, [...]"8
En el siguiente mapa se ofrece una representación gráfica de las campañas militares emprendidas en tiempos de Acamapichtli.
Campañas
militares emprendidas en tiempos de Acamapichtli.
“Manojo de cañas” fue un gobernante inteligente, que dio muestras de prudencia política con la metrópoli dominante, Atzcapotzalco, evitando un enfrentamiento directo con la misma, lo que hubiese significado probablemente la pérdida total de autonomía, si no su exterminio. Las fuentes documentales pro tenochcas narran la imposición por los tepanecas a los mexicas-tenochcas de una fuerte carga tributaria adicional al acceder Acamapichtli al señorío, con la intención de que no pudiéndola soportar o bien se fuesen de su territorio, o bien se sublevasen y pudiesen ser así destruídos. Los mexicas con buen juicio accedieron a las exigencias de Tetzotzomoc, por gravosas que fueran, manteniéndose así en paz y construyendo su ciudad y aumentando su población.
Desde el punto de vista interno Acamapichtli tejió una compacta red de matrimonios con las hijas de los jefes de los calpoltin, que le permitió atraerse a los líderes mexicas a su política de paz doméstica, que favorecería el progreso económico, el aumento de la población, del comercio, y el engrandecimiento de la ciudad. Dedicó sus esfuerzos a la mejora de la edificación de la localidad, a la construcción de chinampas y canales, y a la ampliación del centro ceremonial de la urbe.
A su fallecimiento no dejó nombrado heredero entre sus numerosos hijos, aunque fue elegido uno de ellos por un reducido número de notables. En la pestaña “La selección de los tlahtoque” se verá que aunque los sucesivos tlahtoque fueron miembros de este linaje, su ascensión al mando difería del sistema de primogenitura vigente en los reinos de Europa.
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2. Alva Ixtlilxochitl, Fernando: Obras Históricas, publicadas y anotadas por Alfredo Chavero. Tomo I. Historia de los señores Chichimecas. Cuarta Relación. Oficina Tip. De la Secretaría de Fomento. México 1891. p. 103.↩
3. Fray Diego Durán: Ob.cit. Pág. 99. ↩
4. Pipiltin: Plural de Pilli. “Hidalgo, noble, señor, grande, hombre de calidad” (R. Siméon). ↩
5. En el Apéndice I se reflejarán los tlahtoque de Atzcapotzalco, Tenochtitlan, Tlaltelolco y Tetzcoco, así como las fechas aproximadas de sus mandatos. ↩
6. Macehualtin: Plural de Macehualli. “Vasallo” (Molina). Plebeyo, hombre de clase baja. ↩
7. Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin: Ob. cit. Vol. I. Tercera Relación. pp. 237-239. ↩
8. Francisco Javier Clavijero: Historia antigua de México. Editorial Porrúa. Colección “Sepan cuantos...” Séptima edición. México 1982. p. 76. ↩
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