Aunque el período anterior a la fundación de Mexico-Tenochtitlan, ocurrida según la mayoría de las fuentes en 1325 d.C., no es objeto de estudio en este blog, procederé a efectuar un somero análisis de algunos de los sucesos acaecidos, de los que se tiene conocimiento, al grupo étnico de los mexica antes de esa fecha; y es que durante ese período se fueron originando los rasgos culturales, religiosos, sociales y políticos que los caracterizaron posteriormente.
El lugar de
origen
Según algunas fuentes1 se decían originarios de un lugar denominado Aztlan -lugar de garzas o lugar de la blancura, quizás por referencia al color del plumaje de esa ave-, enclave situado en una isla, situada al norte del Altiplano, desde donde emprendieron una migración que les llevaría, aproximadamente, más de dos siglos y medio después hasta su establecimiento definitivo en una isla al oeste del lago Tetzcoco, dentro de la Cuenca de México.
La cronología de la migración no está exenta de controversia y no hay acuerdo general sobre la datación de los registros en las fuentes documentales. Ello es consecuencia al menos de tres factores: en primer lugar, para un mismo suceso diversas fuentes ofrecen fechas distintas; en segundo lugar, en algún caso, un mismo autor ofrece a veces tiempos diferentes para un mismo acontecimiento; y en tercer lugar, los calendarios de diversos pueblos comenzaban en fechas diferentes del calendario cristiano, por lo que para un mismo hecho ocurrido en el mismo día de dos pueblos indígenas las fechas occidentales no serían las mismas.
Hay que relativizar, pues, el tiempo exacto en que transcurrieron los diversos sucesos de la migración, sobre todo los más antiguos, por lo que cuando se reflejen fechas las tomaremos a título simplemente orientativo.
Como he dicho en una entrada anterior, la generalidad de los pueblos de habla nahuatl que habían invadido la Cuenca, provenientes de las llanuras septentrionales y semiáridas, afirmaban proceder de un enclave llamado Chicomoztoc -lugar de las Siete Cuevas-, sobre el que no hay duda de que se trataba de un mito de origen de los mismos. De esas Siete Cuevas cual si de un útero de la madre tierra se tratara partían las diversas "naciones" en busca de su ulterior identidad.
Chicomoztoc. Historia Tolteca Chichimeca. Folio 16r.
Aunque en algunas fuentes -como en los escritos de Durán, Tezozómoc, el Códice Ramírez, Cristóbal del Castillo o algún texto de Chimalpahin- se sostiene que Aztlan y Chicomoztoc son un mismo lugar, en otros documentos ambos enclaves son distintos y aquél precedía a éste.
Probablemente la diferenciación, en algunas fuentes de origen mexica, entre los lugares de Aztlan y Chicomoztoc se deba a que los mexica se consideraban peculiares, elegidos por su dios Huitzilopochtli para conquistar al resto de los otros pueblos surgidos de las Siete Cuevas y que habían llegado antes que ellos a la Cuenca de México y valles adyacentes.
Se han hecho numerosos intentos por localizar Aztlan, desde el suroeste de los Estados Unidos hasta áreas más cercanas al Altiplano Central mexicano, pero dentro del área mesoamericana; entre ellos los de Kirchhoff y Wigberto Jiménez Moreno2. Sin embargo, no se han hallado restos arqueológicos que respalden estas conclusiones.
No todo el recorrido de la migración está rodeado de un halo mítico. Cuanto más nos acercamos a la fundación de Tenochtitlan más posible es que coincidan el relato, despojado de sus elementos míticos, y la historicidad de los acontecimientos.
Ante la carencia de documentos prehispánicos históricos, en el sentido occidental y moderno de la historia -es decir, registros escritos y verificables-, algunos eruditos han considerado las narraciones de la migración mexica como imaginarias y míticas, alegando que su significado es de orden simbólico y que lo que pretendían sus autores era legitimar el status social de los nobles y justificar el derecho de los gobernantes a la posesión del espacio adquirido. Ahora bien, si los mitos del origen de los mexica, al igual que los de otros pueblos de filiación nahuatl, informan sobre el origen de dicho pueblo de una manera simbólica, no es menos cierto, como señala Enrique Florescano4, que algunos símbolos pueden hacer referencia a hechos históricos reales ocurridos en el espacio donde se relata el mito -como, por ejemplo, el hecho de ser un pueblo invasor, conquistador de otros pueblos agricultores más antiguos.
Tres son las etapas en que se suele dividir el camino desde su salida de Aztlan hasta la fundación de Tenochtitlan: La primera, de Aztlan a Tollan; la segunda, de Tollan a Chapoltepec; y, finalmente, la de Chapoltepec a Tenochtitlan. De ellas examinaré los acontecimientos más destacables, siguiendo para ello, fundamentalmente, las fuentes de origen tenochca.
De Aztlan a Tollan
Los acontecimientos habidos entre estos lugares son los menos documentados en las narraciones de la migración y, seguramente, los más vinculados a elementos míticos o simbólicos contenidos en las mismas.
Ya que los códices pictoglíficos -combinación de pictogafías y glifos- no determinan cuántas personas partieron de Aztlan, lo más acertado es decir que se desconoce su número. Así, en la "Historia de los mexicanos por sus pinturas" se dice:
"Y para ello hicieron tres caudillos o tres capitanes: al uno dijeron Xuihtin y al otro Tecpatzin y al otro Cuatlicue, y con estos tres partieron muchos mexicanos, no tienen el número de ellos en sus pinturas."5
Después de
pasar Chicomoztoc los azteca continuaron la migración
acompañados de varios pueblos, aunque después, por mandato de Huitzilopochtli,
los abandonaron para continuar su camino en solitario; y algo después la misma
deidad les cambió el nombre de azteca por el de mexitin,
etnónimo que utilizarían hasta su asentamiento final en la isla del lago Tetzcoco.
Los eventos más destacados de esta andadura serán la separación de los migrantes en tres ocasiones: la primera en Michhuacan -el actual Estado de Michoacán-, en el lago Pátzcuaro; la segunda en un lugar impreciso al este de Michhuacan; la tercera en Coatepec -en el Cerro de la serpiente-, cerca de Tollan - la actual Tula-. Estas escisiones pueden ser interpretadas como conflictos políticos intraétnicos entre los migrantes.
La primera ruptura se produce en el lago Pátzcuaro, cuando un grupo de caminantes que deseaba quedarse en el lugar es abandonado por el resto, que decide continuar el curso de su marcha.
La segunda división tiene como consecuencia la bifurcación de los emigrantes, dirigiéndose una facción, encabezada por la que se dice hermana de Huitzilopochtli, Malinalxochitl -Flor de malinalli, una hierba-, hacia Malinalco, y otra continuaría su camino hacia la zona lacustre.
Así como las dos separaciones anteriores fueron incruentas, la tercera supuso el casi total exterminio en Coatepec del grupo disidente que intentaba quedar en dicho lugar. Respecto a este episodio unas fuentes hacen mención al hecho de producirse durante la migración, mientras que otras lo ignoran atribuyéndolo a un conflicto entre dioses.
En
relación con las fuentes que mencionan la migración, dice una de ellas:
"[...] mandó [Huitzilopochtli] en sueños á los sacerdotes que atajasen el agua de un río, que junto allí pasaba, para que aquel agua se derramase por aquel llano y tomase en medio aquel cerro donde estaban [Coatepec], porque les quería mostrar la semejanza de la tierra y sitio que les auia prometido: hecha la presa, se derramó aquel agua y se tendió por todo aquel llano, haciéndose una gran laguna, la qual cercaron de sauces, sabinas y álamos; pusiéronla llena de juncia y espadañas, empeçóse a enchir de pescado de todo género de lo que en esta tierra se cría; empeçaron a venir aves marinas, como son patos, ánsares, garças, gallaretas, de que se cubrió toda aquella laguna, con otros muchos géneros de pájaros que hoy en día la laguna de México tiene y cría; inchóse asimesmo aquel sitio de flores marinas, de carriçales, los quales se incheron de diferentes géneros de tordos, urracas, unos colorados, otros amarillos, que con su canto y chirriado hacían gran armonía, y alegraron tanto aquel lugar, y púsose tan ameno y deleitoso, que olvidados los mexicanos con este contento del sitio que su dios les prometía, no siendo éste más de muestra y dechado de lo que iban á buscar, dijeron que aquel les bastaba, que no querían ir de allí á buscar mas deleite del que tenían [....] oído por su dios Vitzilopochtli, como aficionados muchos de la compañía (cuyo caudillo de aquella murmuración y concierto era Vitznahua y una señora que llamaban Coyolxahu) no querían pasar adelante, [….] Airado el dios Vitzilopochtli respondió á los sacerdotes y dijo: '¿quién son éstos que así quieren traspasar mis determinaciones y poner objeciones y término á ellas? ¿son ellos por ventura mas que yo? decidles que yo tomaré vengança dellos antes de mañana, porque no se atrevan á dar parecer en lo que yo tengo determinado y para lo que fui enviado, y para que sepan todos que á mí solo an de obedecer'.
Cuentan que á media noche, estando todos en sosiego, oyeron en el lugar que llaman Teotlachco y por otro nombre Tzonpanco, que eran lugares sagrados dedicados á este dios, un gran ruido, , en el qual lugar, venida la mañana, allaron muertos á los principales movedores de aquella rebelión, juntamente a la señora que dijimos que se llamaba Coyolxahu [Coyolxahuqui], y á todos abiertos por los pechos y sacados solamente los coraçones, de donde se levantó aquella maldita opinión y seta de que Vitzilopochtli no comía sino coraçones, y de donde se tomó principio de sacrificar hombres y abrillos por los pechos y sacados solamente los coraçones y ofrecérselos al demonio y á su dios Vitzilopochtli [….] y no parando aquí el enojo de Vitzilopochtli, para más mostrar su brabeça y furor, manda á sus ayos y sacerdotes que abran y deshagan los reparos y tomas de agua que auian hecho, con que el agua estaba represada, y que la dexasen seguir su antiguo curso. Los mexicanos, no osando hacer otra cosa, quitaron y deshicieron los reparos y presas que tenían la aguas, y dexándolas correr, contra todo el torrente de su voluntad por el descanso y refresco que de aquellas aguas les redundaba y mantenimiento, pero por no incurrir en la ira de su dios, tuvieron por bien de posponer todo consuelo. Deshecha la laguna se empeçaron á secar los carriçales y espadaños y secarse los árboles y frescura y á morirse los pescados y ranas y todas las demás savandijas quel agua engendra, de que esta gente se aprovecha para su mantenimiento; empeçáronse a ir las aves marinas y á quedar aquel lugar tan seco y sombrío como de antes estaba.
Visto por los mexicanos el destroço y esterilidad en que el lugar, donde ellos pensaron que auia de ser México, quedaua, determinaron de consultar á su dios sobre lo que quería que hiciesen, [….] y así consultado, mandó alçasen el real y pasasen a Tula, lo cual luego fue hecho."6(El texto entre corchetes se ha añadido aquí).
Este relato ha sido discutido en clave política: el episodio, de haberse producido históricamente la parada en Coatepec, puede interpretarse como un enfrentamiento cruento entre dos facciones de los emigrantes, que terminó con la victoria de aquellos que deseaban seguir el camino.
Entre las explicaciones que destacan los sucesos como una lucha entre dioses, destaca la de Fray Bernardino de Sahagún, condensada en lo siguiente: en el cerro de Coatepec, cerca de Tollan, vivía una diosa llamada Coatlicue -la de la Falda de Serpientes-, que hacía penitencia allí. Esta diosa era la madre de Coyolxauhqui -la Adornada de Cascabeles- y de sus hermanos los Centzonhuitznahua -los Cuatrocientos espinosos-. Estando barriendo Coatlicue le cayó una bola de plumón, que guardó en su regazo. Al terminar de barrer la buscó pero no la encontró, habiendo quedado embarazada de la misma. La hija y sus hermanos quedaron avergonzados del estado de gestación de la madre y decidieron darle muerte; pero cuando llegaron a lo alto del cerro donde estaba temerosa Coatlicue nació Huitzilopochtli en estado adulto y armado, dió muerte a Coyolxauhqui decapitándola con la serpiente de fuego -xiuhcoatl-, la desmembró y arrojó sus restos por la pendiente. A los hermanos los persiguió, matando a casi todos.
Esta segunda leyenda atesora una interpretación simbólico-cósmica: como Huitzilopochtli era para los mexicas el Sol, Coyolxauhqui la Luna y los Centzonhuitznahua las Estrellas meridionales, el mito representa el triunfo del Sol, de la luz, en su lucha diaria sobre la Luna y las Estrellas, que simbolizan la oscuridad.
De Tollan a Chapoltepec
Después de una estancia de más de década y media en Tollan7, los mexicas se internan en la Cuenca de México a principios del siglo XIII d. C. encontrando la zona lacustre densamente habitada por pueblos asentados de antiguo como por otros más recientes, de habla nahuatl, que les habían precedido en su migración. Entre ellos estaban los siguientes:
-MIZQUICA. Se asentaron en Mizquic, en una isla de escasas dimensiones en la ribera sur del lago de Chalco.
-OTOMI. Los Otomi habitaban de antiguo en el Altiplano. Hablaban una lengua distinta al nahuatl y a la llegada de los pueblos chichimecas, tras la caída de Tollan, fueron sojuzgados por éstos y se extendieron por diversos lugares de la Cuenca de México y sus alrededores. A comienzos del siglo XIII un grupo se había instalado en Xaltocan, en el lago del mismo nombre. A finales del siglo XIV, en 1395, fueron derrotados por Tezozomoc, tlahtoani de Atzcapotzalco, con ayuda de los mexicas como mercenarios, dispersándose por el este hacia Tlaxcallan y Metztitlan y por el oeste hacia el valle de Tollocan.
-TEPANECA. En el siglo XIII se establecieron en la ribera occidental del lago Tetzcoco, expandiéndose hacia el norte tras la decadencia del poder de los otomíes. Cuando los mexicas se afincaron en Tenochtitlan la isla pertenecía a los tepaneca de Atzcapotzalco.
-XOCHIMILCA.
Relacionados tanto con los Colhuaque como con los Cuitlahuaca y
los Mizquica, hasta el extremo que Durán a veces los considera a
todos como Xochimilca. A finales del siglo XIV son conquistados por
los tepanecas, auxiliados por los mexicas.
Complejo lacustre. Principales lugares recorridos por los mexicas hasta su asentamiento definitivo en Tenochtitlan.
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1. Federico Navarrete Linares " Los orígenes de los pueblos indígenas del Valle de México. Los altépetl y sus historias". México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas (Serie Cultura Náhuatl. Monografías 33), 2011. pp. 93-170. Disponible en Internet, en: www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/origenes/origenespueblos.html Navarrete señala hasta 25 fuentes, entre ellas: -Códice Boturini. Joaquín Galarza y Krystyna M. Libura: "La Tira de la Peregrinación". Ediciones Tecolote. México. 1999. -Codex Azcatitlan. Bibliothèque Nationale de France/Société des Américanistes. París. 1995. -Códice Aubin. Editorial Innovación, S.A. México. 1980. ↩
2. Paul Kirchhoff: "¿Se puede localizar Aztlán?" En 'Mesoamerica y el Centro de México'. Instituto Nacional de Antropología e Historia. México. 1985. pp. 331-340. -Wigberto Jiménez Moreno: "La migración mexica". En Actas del XL Congreso Internacional e Americanistas. Roma, Génova: 1972. pp. 167-172. ↩
3. M. Hernández et alt.: "Contraste del mito de Aztlán a partir de la morfometría geométrica (EDMA) de series craneales mexicanas". En Revista Española de Antropología Física. Vol. 27. 2007. pp. 45-57. Disponible en Internet, en: https://www.seaf.es/images/seaf/papers/vol27/reaf%2027%2004%2045-57%20Hernandez.pdf. ↩
4. Enrique Florescano Mayet: "Mito e historia en la memoria nahua". En Historia Mexicana, [S.l.], p. 607-661, ene. 1990. ISSN 2448-6531. Disponible en Internet, en: https://historia mexicana.colmex.mx/index.php/RHM/article/view/2108/3038 ↩
5. "Historia de los mexicanos por sus pinturas". En Angel M. Garibay K.: 'Teogonía e Historia de los Mexicanos. E. Porrúa. Colecc. Sepan cuantos... 6ª ed. México. 2005. p. 39.↩
6. Fray Diego Durán: "Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme". Vol. I. CONACULTA. Colecc. Cien de México. México. 2002. pp. 75-78. ↩
7. Domingo Francisco de San Antón Muñón Chimalpahin: "Las Ocho relaciones y el Memorial de Colhuacán". CONACULTA. Colecc. Cien de México. México. 2003. p. 101. ↩
8. Tzompantli: Estructura consistente en varias vigas travesadas por barras en las que se ensartaban los cráneos de las víctimas de los sacrificios.↩
9. Huauhtli: Planta herbácea conocida como amaranto, alegría y bledo. La parte más importante de la planta son las semillas. ↩
10. Fernando Alvarado Tezozómoc: "Crónica Mexicayotl". En 'Tres crónicas mexicanas'. Paleografía y Traducción de Rafael Tena. CONACULTA. Colecc. Cien de México. México. 2012. p. 53. ↩
11. Altepetl: Literalmente Cerro de agua -de atl, agua y tepetl, cerro-. Es un difraismo nahuatl para señalar un asentamiento humano, en general por un misma etnia, con un territorio propio, una misma lengua y un dios protector. Era la organización sociopolítica fundamental del Altiplano a la llegada de los españoles. Ha sido comparada por algunos autores, desde una óptica occidental, a la ciudad-estado del Viejo Continente. ↩
12. Cocolli: Hierba que crecía sobre el agua del lago y que, después de recogida y secada, servía de alimento. ↩
13. Fray Diego Durán: Ob. cit. p. 83. ↩
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