A pesar de su alto grado castrense en tiempos de Axayacatl, Tizoc no ha pasado a la historia como un militar de éxito. La mayor parte de las fuentes lo caracterizan como un gobernante débil y con escasos éxitos bélicos, permaneciendo la mayor parte del tiempo aislado y dedicado a menesteres religiosos. Y casi todas concuerdan en que murió asesinado a causa de su falta de éxitos militares y capacidad para extender las posesiones del tlahtohcayotl.
Manuscrito Tovar. Representación de Tizoc. A su derecha el glifo representando su nombre -El que sangra por penitencia-.
La duración de su mandato fue breve, pues según la mayoría de las fuentes ejerció el cargo entre 1.481 y 1.486 d. C.
Después de haber sido elegido y antes de la celebración de la investidura se decidió emprender, como era tradicional, una campaña militar con el doble fin de mostrar el poderío del tlahtoani y de conseguir cautivos que sacrificar en la ceremonia. Tezozómoc refiere así este pasaje:
[...] está hecha cabeça otra bez de este ymperio, conviene <que> se haga una solene conquista, pues es la primera empresa <que> hace el rrey para el acreçentamiento de la onra del tetzahuitl Huitzilopochtli con los cautiuos que della rresultaran.1
Campañas militares
Después
de discutir si la conquista se debía dirigir hacia Michhuacan o hacia Cuetlachtlan, que por entonces se había sublevado otra vez, se optó por
dirigirla contra Metztitlan, en el actual Estado de Hidalgo, a medio camino entre Mexico-Tenochtitlan y la Huaxtecapan (Ver Mapa) .
Aunque
las fuentes documentales que hablan de esta campaña mencionan como pretexto de
la misma la toma de cautivos para sacrificar a Huitzilopochtli en la ceremonia de
coronación del nuevo gobernante, hay que entender que su verdadero fundamento
radicaba en las ventajas que ofrecería el disfrute de los productos agrícolas
de la vega de Metztitlan, localidad que, además, constituía un enclave estratégico
en el acceso a los productos de la Huaxteca.
Se reunió un ejército del que formaban parte efectivos de
las tres ciudades aliadas y de otras circunvecinas e incluso más alejadas, que
se reunió en Atotonilco -Atotonilco
el Grande- e Itzmiquilpan - Ixmiquilpan-. Con
la ayuda de estas dos localidades y de Atocpan-Actopan- el contingente invasor inició la lucha contra Metztitlan que, a su vez, fue
ayudada por los huaxtecas. El resultado fue desafortunado para los atacantes:
los agresores perdieron trescientos hombres y sólo pudieron capturar cuarenta.
Tezozómoc2 informa que de esos cuarenta cautivos sólo seis entraron en Mexico-Tenochtitlan, suponiendo que el resto pertenecería a las otras ciudades.
La razón del fracaso del objetivo de conquista fue la
accidentada orografía de la zona. Metztitlan estaba situada en el
centro de un valle rodeado de altas montañas, por lo que el ejército del
Altiplano tuvo que lidiar en terreno escabroso y no en espacios abiertos lo
cual, a pesar del menor número de tropas enemigas, permitía la rápida retirada
de éstas y el descanso de sus efectivos en sus propias estancias de las
escarpaduras.
Aunque el resultado fue presentado como una victoria lo
cierto es que Metztitlan no pudo ser tomada.
Otras ciudades conquistadas en la Huaxtecapan fueron Tamachpan, Tochpan, Micquetlan y Tlatlauhqui-Icxic.
Alrededor
de 1.483 se rebelaron y fueron reconquistadas las poblaciones de Chicpantlan -de
localización hoy desconocida- y Tlaollan
-en el actual Estado de Veracruz-, siendo también ocupada Otztoticpac. Los “Anales de Tlatelolco” refieren también el
sometimiento de Totztlan, aunque es
posible que por la distancia de esta localidad la misma combatiera en ayuda de Tlaollan, sin que los mexicas se
desplazaran tan lejos.
En 1.484 se rebeló Tzinacantepec, en el valle de Tollocan, donde fueron asesinados unos calpixque. La revuelta fue sofocada y la ciudad tomada, así como la
de Tlacotepec. Entre otras también se sometieron Tollocan, Tecaxic, Cillan y Tozxiuhco (Ver Mapa).
Las
fuentes citan otra serie de ciudades hacia el área de Huaxyacac, que es probable que también se rebelaran y tuvieran que
ser sojuzgadas. Entre otras se mencionan Teohuacan, Mazatlan, Yancuitlan y Xochiyetla.
En
1.486, veintidós años después de haber conquistado a los chalca y de haberles sido
impuesto gobierno militar, en una decisión poco explicable Tizoc volvió a restablecer
la autonomía de algunos de sus dirigentes.
Principales conquistas realizadas por Tizoc. Los números no significan orden de conquista, sino referencia toponímica. Nombres actuales entre paréntesis.
1-Tamachpan (Temapache); 2-Tochpan (Tuxpan); 3-Mic- quetlan (Mequetla); 4-Tlatlauhqui-Icxic (Tlatlazoquico de Ilamatlán); 5-Metztitlan (Metztitlán); 6-Itzmiquilpan (Ixmi- Quilpan).
7-Oztoticpac (Oxtotípac); 8-Tlaollan (Tlaquilpa); 9-Toztlan (San Andrés Tuxtla).
10-Teohuacan (Tehuacán); 11-Mazatlan (Mazatlán Villa de Flores); 12-Yancuitlan (Santo Domingo
Yanhuitlán); 13-Xo- chiyetla (Yetla de Juárez).
14-Tollocan (Toluca); 15-Tlacotepec (Santiago Tlacotepec);
16-Tecaxic (Tecaxic); 17-Tzinacantepec(San Miguel
Zinacan- tepec); 18-Cillan (Ranchería de Sila);
19-Tozxiuhco (San Lo- renzo Toxico, en
Ixtlahuaca de Rayón).
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El envenenamiento
El envenenamiento
En el mismo año de 1.486 Tizoc, según las fuentes tenochcas, murió envenenado. No están claras las razones de este magnicidio ni quién lo cometió, pero alguna explicación puede ser intentada conociendo la trayectoria del tlahtoani.
Bajo su mandato no tomó ninguna decisión que variase el estatus social alcanzado por los macehualtin, más bien propició medidas que favorecían a la nobleza y a sus intereses. Así, se sabe que introdujo un cambio en la concesión de honores y prebendas obtenidas en el campo de batalla, no otorgándose a ningún militar que no hubiese cautivado algún enemigo huexotzincatl, pues los llegaron a tener en gran estima como guerreros . Nos dice Torquemada:
Parecióles bien a los presentes y así se hizo; y puede ser que los pretendiese dejar por tener guerras ayudando ellos de las cuales nacía aprovecharse de orejeras y tezacates3 y otras preseas ricas, y estimaban en tanto la valentía de los huexotzincas que a ningún soldado daban insignias de valiente que no hubiese hecho presa en ellos.4
Esta decisión, perjudicaba a los macehualtin, por cuanto eran los pipiltin los mejor adiestrados
en el arte del enfrentamiento cuerpo a cuerpo y los que participaban
mayoritariamente en las guerras floridas contra Huexotzinco, en las que se podían capturar prisioneros.
Ahora
bien, pese a ello, los nobles estaban descontentos
con la fallida campaña contra Metztitlan y las posteriores
rebeliones de ciudades anteriormente sojuzgadas, debido a la percepción por las
mismas de un decaimiento de la potencia militar de la metrópoli. El respeto al
señorío dominante se basaba en su poderío militar y en su capacidad de mantener
la obediencia de los territorios conquistados, ambos puestos en duda de acuerdo
con lo que había sucedido. Aunque se pudo sujetar a las ciudades rebeladas, en
tiempos de este tlahtoani no se añadieron
nuevos territorios al yugo tenochca. No es pues de extrañar, como afirman
algunos cronistas, que los nobles decidieran derrocarlo, para lo que acudieron
al expediente de proporcionarle ponzoña que acabó con su vida.
Según otra versión5 fue asesinado por orden del señor de Itztapallapan en connivencia con el de Tlachco, aunque no se ofrecen los motivos del crimen, usando de conjuros y maleficios de brujería. Dejando de lado la creencia en la utilización de este medio, lo cierto es que casi todas las crónicas están de acuerdo en que Tizoc fue asesinado.
Otras realizaciones
Muy
poco dicen las crónicas sobre los tiempos de Tizoc. Una breve referencia es hecha en el “Códice Mendoza”, en
el que se puede leer:
Y fue hombre grave y sereno en mandar y ser temido y acatado de sus vasallos, fue asimismo aplicado e inclinado a cosas buenas y virtuosas y buen republicano. Y mandó guardar y aprobar por buenas las leyes y fueros que sus antecesores habían cumplido y guardado desde en tiempos de Guegue Motecçuma, y fue celoso de punir y castigar los malos vicios y delitos que sus vasallos cometían y así la república mexicana tuvo el tiempo de su vida ordenada y bien regida.6
Ello hace suponer que la ciudad continuaría prosperando,
pues tantos eran los tributos que convergían en la misma. Puede confirmarlo la
arqueología, con los hallazgos del Templo Mayor y la famosa Piedra de
Tizoc.
Se sabe que el tlahtoani ordenó la
reconstrucción completa de la pirámide del Templo Mayor, aproximadamente hacia 1.483, aunque no llegó a ver
terminada la obra en su totalidad, siendo inaugurado el nuevo Templo en 1.487
por su hermano y sucesor Ahuitzotl.
En los “Anales de Cuauhtitlan” se puede leer:
8 acatl [1.487]. En este año se dedicó en Tenochtitlan la casa de Huitzilopochtli, que llegó a su cumbre en cuatro años.7
Por otra parte Durán escribe, refiriéndose a Ahuitzotl:
[...] el año segundo de su reinado, que fue de mil y cuatrocientos y ochenta y siete, que ellos contauan ocho Cañas, determinó de dar fin al edificio del templo y acauallo de perficionar [...]8
De este tiempo, que los arqueólogos denominan etapa
constructiva V, permanece visible parte de la gran plataforma en que se
asentaba la construcción. Es posible que a este tiempo se deba también la
erección del edificio llamado la Casa de las Águilas, situado en el lado norte
junto a la pirámide y que posee una serie de aposentos con banquetas en las que
figuran representaciones policromas de procesiones de guerreros.
Pero quizás el monumento más bello de esta época fue el
conocido como la Piedra de Tizoc, temalacatl o
piedra destinada al sacrificio gladiatorio de los
guerreros cautivos. Se trata de una piedra cilíndrica de 2.65 m de diámetro por 93 cm de altura. En su parte
superior está tallado un disco solar y en la lateral existen tres frisos: el de
arriba representa un cielo estrellado y el de abajo las fauces del monstruo de
la tierra; ambos enmarcan otro que contiene quince figuras, cada una de las
cuales representa un guerrero y su prisionero junto con un glifo indicativo de
la localidad del cautivo. La primera figura es la de Tizoc y el resto pueden ser capitanes bajo su mando.
Se cree que la talla, en su totalidad, es un monumento
representativo de la expansión mexica y conmemora el gobierno de Tizoc, que es incluído personalmente
como uno más de los guerreros que contribuyeron a la misma.
Interior de la Casa de las Águilas, edificio situado al norte del Templo Mayor.
Piedra de Tizoc. Museo Nacional de Antropología. Ciudad de México.
Figura 27.- Detalle del lateral de la
Piedra de Tizoc. A la
derecha se puede observar la figura de Tizoc,
representado por su glifo -una pierna- situado a la izquierda del tocado del
guerrero.
2. Alvarado Tezozomoc: Ob. cit. p. 255. ↩
3. Tezacate: tezacatl en nahuatl - pieza labial que se utilizaba como adorno-.↩
4. Fray Juan de Torquemada: Monarquía Indiana. Edición digital. UNAM. Instituto de Investigaciones Históricas. Estudios de Cultura Nahuatl. México 1975-1983. Vol. I, Libro II, Cap. LX. p. 252.↩
5. Fray Juan de Torquemada: Ob. cit. Vol. I, Libro II, Cap. LXII. p. 255.↩
6. Códice Mendoza. Edición digital del Instituto Nacional de Antropología e Historia. México.
www.codicemendoza.inah.gob.mx. Folio 11v. ↩
7. Anales de Cuauhtitlan. En Códice Chimalpopoca. UNAM. Instituto de Investigaciones Históricas. México. 1975. p. 58. ↩
8. Fray Diego Durán: Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme I. CONACULTA. Cien de México. Primera reimpresión. 2002. México. p. 391. ↩
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