El principio es la mitad del todo.
Sócrates
A su llegada
a la isla los mexicas estaban liderados por jefes con funciones militares
y religiosas, apoyados por ancianos, probablemente los calpolleque -jefes de los calpoltin-, a los que las crónicas suelen
denominar como guías, capitanes, caudillos o jefes para designarlos.
He aquí como Fray Juan de Torquemada describe a estos dirigentes:
"De los primeros que llegaron a la fundación de esta ciudad se halla haber sido cuatro muy señalados; […] Esto hallé en unos cantares antiquísimos que tratan de la fundación de esta ciudad y no sabré dar razón si fueron de las nueve cabezas o capitanes que acaudillaban a las nueve familias que llegaron al primer sitio de Chapoltepec o hijos y descendientes de ellos; porque la confusión de las historias antiguas no dan más luz."1
Los
recién llegados es probable que solicitaran permiso al señor de Atzcapotzalco para
establecerse en su nuevo hogar, perteneciente a sus dominios, que lo
concedería a cambio de la imposición de tributo. Los “Anales de
Tlatelolco” nos dicen al respecto:
"Cuando llevaban allí 40 días [los mexicas en Tenochtitlan], Acolnahuacatzin, tlatoani de Atzcapotzalco, mandó que fueran a ver el humo que se levantaba de entre las cañas; envió al tezcacoacatl y tlacochcalcatl Cacahuitl, el cual fue a ver a los mexicas que en medio de las cañas estaban haciendo humaredas. Llegó y les preguntó: '¿Quiénes sois vosotros? Porque me envía Acolnahuacatzin'. Le respondieron: 'Somos mexicas'. [El enviado] fue a decir al tlatoani que eran los mexicas quienes estaban haciendo humo; nuevamente lo envió, instruyéndolo: 'Di a los mexicas que pueden establecerse allí, porque se han asentado en mi territorio. Esto les doy a cambio del largo tiempo en que han padecido, pues en ningún lugar han hallado reposo'. Luego acordaron los mexicas: 'Mexicas, vayamos a barrer a Atzcapotzalco, vayamos a suplicar al señor Acolnahuacatzin'. Y empezaron a llevar aves, pescados, ranas, carrizos y varas para ir a barrer y hacer fuego en Atzcapotzalco, en el palacio del tlatoani Acolnahuacatzin. [El texto entre corchetes se ha añadido aquí]."2
Es de suponer
también que, estando sometidos a vasallaje, les fuese impuesto un jefe o
gobernador con funciones civiles o militares -cuauhtlahtoani, águila
que habla-. Se sabe que Tetzotzomoc, señor de Atzcapotzalco,
situó a varios de sus hijos como dirigentes de altepeme dependientes.
Los “Anales de Tlatelolco”, en cuanto a Tenochtitlan afirman:
"Cuando se asentó tlatoani en Tenochtitlan, ya hacía un año que había gobierno en Tlatelolco; quien dio principio al tlatocayotl de Tenochtitlan fue Tlacoten, hermano menor de Cuacuahpitzahuac, a quien también fueron a solicitar a Atzcapotzalco. Después de que [Tlacoten] se enseñoreó en el año 11 Calli [1.373], no duró mucho tiempo, porque estuvo allá sólo durante doscientos días. Cuando murió [Tlacoten] se asentó su hermano menor Teuhtlehuatzin, el cual tampoco duró mucho tiempo entre los tenochcas, porque regresó a Atzcapotzalco. Así que los dos hermanos gobernaron durante un mismo año; y después de que el se marchó, durante años no hubo gobernante [en Tenochtitlan], sino que estuvo vacante."3
Fuentes pro tenochcas4, como la “Crónica Mexicayotl”, de Alvarado Tezozómoc, no informan de esta dependencia, sino que sólo hacen mención de los trece ancianos y cuatro o cinco teomamaque -dirigentes religiosos que capitaneaban a los mexicas durante la migración-.
Chimalpahin, por su parte, en su Séptima Relación,
escribe:
"1 Acatl, 1.363 [...] En mismo año de 1 Acatl murió en Mexico Tenochtitlan Tenochtzin, que fue cuauhtlato y caudillo en Tenochtitlan durante 39 años; y si se cuenta desde que en Colhuacan Tizaapan los mexicas lo pusieron para que los acaudillara, resultan 65 años.5"
Fray Juan de Torquemada, con motivo de la posterior elección del primer tlahtoani mexicatl, Acamapichtli , nos dice:
"Los mexicanos que estaban en este sitio de Mexico, ya con beneplácito del rey de Azcaputzalco y le reconocían con tributo y pecho, habiendo elegido nuevo rey, puso en cuidado al de Azcaputzalco esta elección, pareciéndole que teniendo cabeza que los rigiese y gobernase, sería posible que se le rebelasen y aun pretendiesen quitarle el imperio; [...] "6
Y después, una vez elegido el segundo tlahtoani, Huitzilihuitl, añade:
"Hecha esta elección de Huitzilihuitl, e introducido en el reinado fuele dado nombre y título de: Tlacochcalcatl Yaotequihua, a su hermano Quatlecohuatzin, que es como decir, capitán general y suma cabeza de los ejércitos. De manera que según esto, ya en estos tiempos hacían guerra los me- xicanos, saliendo de su pueblo y ciudad para ofender a otros. Y es de creer seria así; pues sabemos que el emperador de Azcaputzalco, luego que se introdujo en el imperio para haberse de apoderar de él, sacó en su ayuda al rey de Tlatilulco, Quaquauhpitzahuac, su hijo y al de Mexico, Acamapichtli y así como le ayudaron en aquella ocasión, le ayudarían en otras de algunos pueblos y ciudades, que se le rebelarían y substraerían de esta obediencia; [...]"7
No
puede caber duda de que durante este período los mexicas, tanto de Tlaltelolco como
de Tenochtitlan, estaban sujetos al señorío de Atzcapotzalco,
siendo sometidos a tributación y prestando servicios personales como auxiliares
de guerra. Y sus dirigentes o bien fueron impuestos por los tepanecas o,
en caso de los tenochcas, tendrían el beneplácito del señor de Atzcapotzalco.
En esta
primera etapa las conquistas más importantes que realizaron los mexicas,
bajo la dirección de los tepanecas, fueron las de Colhuacan,
hacia 1.346 d.C., y la de Tenayocan, hacia 1.370. Con relación
a la primera hay que decir que dicho altepetl no tenía en este
tiempo la importancia que tuvo años atrás, hecho confirmado
arqueológicamente por el hallazgo de mayor cantidad de restos cerámicos
correspondiente a épocas más antiguas. Y aunque las fuentes no son muy
expresivas sobre esta conquista, la “Historia de los mexicanos por sus
pinturas” dice:
"[...] que se contaron veintiuno de la fundación de México, los de México hicieron guerra a los de Culhuacan y les quemaron su templo."8
Por otra parte, en la “Leyenda de los Soles” se lee:
"He aquí que llegaron a la tierra, aquí a Tenochtitlan, que no era más que tular y cañaveral, donde padecieron trabajos cincuenta años. Nadie era su rey, sino que aun por sí solos entendían los mexicanos en lo que les tocaba. 2 calli. Colhuacan. Tenayocan. He aquí lo que fué la conquista de los mexicanos: solamente dos lugares, Colhuacan y Tenayocan.”9
La batalla contra este último altepetl fue incitada por el señor de Atzcapotzalco con la intención de que su toma acrecentase el derecho al uso del título de Chichimecatecuhtli -señor de los chichimecas- implantado por Xolotl como dirigente en Tenayocan.
Se ha mencionado la importancia de Atzcapotzalco en este período de la historia mexica. Este señorío tuvo gran importancia en el desarrollo de los acontecimientos desde que los me- xicas se establecieron en Tenochtitlan, en 1.325, hasta que fue derrotado por éstos en 1.430. A continuación se hará una breve referencia al mismo.
Atzcapotzalco había sido fundada por los tepanecas, uno de los grupos étnicos llegados a la Cuenca de México después de la caída de Tollan, que se establecieron en el área noroccidental del complejo lacustre entre la segunda mitad del siglo XII y la primera del XIII. Su territorio comprendía, además del mismo Atzcapotzalco como núcleo central, las poblaciones de Atlacuihuayan -por deformación toponímica española se la conoció como Tacubaya-, Tlacopan -Tacuba-, Huitzilopochco -el actual Churubusco- y Coyohuacan -Coyoacán-. Su etapa de máximo esplendor coincidió con la autoridad del tlahtoani Tetzotzomoc (ca. 1.371 - 1.426 d.C.). La política dinástica de este gran líder consistió en el establecimiento de alianzas matrimoniales entre miembros de su familia y los dirigentes de los señoríos aliados o con quistados, así como en la imposición de sus hijos o parientes más cercanos como gobernantes de los mismos. Sus dominios comprendían gran parte del sistema lacustre, pero poco después de su fallecimiento, el poderío del Tlahtocayotl10 decayó, siendo sustituído por el de una confederación tripartita formada por Mexico-Tenochtitlan, Tetzcoco y Tlacopan.
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1. Fray Juan de Torquemada: Monarquía Indiana. Edición digital. UNAM. Instituto de Investigaciones Históricas. Estudios de Cultura Nahuatl. México 1975-1983. Vol. I, Libro III, Cap. XXII. p. 398.↩2. Anales de Tlatelolco. CONACULTA. Colección Cien de México. Primera edición México 2004. Paleografía y traducción de Rafael Tena. pp. 73-74. ↩
3. Anales de Tlatelolco. Ibíd. p. 39. ↩
4. Las fuentes indígenas están teñidas de un fuerte sentido etnocéntrico que privilegiaba la historia del pueblo de origen del autor de las mismas, ya fuese por motivos políticos u otro tipo de intereses. Así, entre las historias escritas desde el punto de vista tenochca se pueden citar las del dominico Fray Diego Durán (Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme) y Alvarado Tezozómoc, (Crónica Mexicana), nieto de Motecuhzoma II, ambas basadas en un manuscrito indígena hoy desaparecido, que ha sido llamado Crónica X. El escrito anónimo “Los anales de Tlatelolco” relata la historia de los mexicas desde el punto de vista de esta ciudad hermana de Tenochtitlan. Los relatos de Alva Ixtlilxochitl potencian la influencia de Tetzcoco, ya que era descendiente de los señores de esta ciudad. ↩
5. Domingo Francisco de San Antón Muñón Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin: Las Ocho Relaciones y el Memorial de Colhuacan. Ed. CONACULTA. México 2003, 1ª reimpresión. Vol. II. Séptima Relación. pp. 45-47. ↩
6. Fray Juan de Torquemada: Ob. cit. Vol. I, Libro Segundo, Capítulo XV. p. 142. ↩
7. Fray Juan de Torquemada: Ob. cit. Vol. I, Libro Segundo, Capítulo XVII. p. 148. ↩
8. Angel María Garibay: Teogonía e Historia de los mexicanos. Editorial Porrúa. Colección “Sepan cuantos..”. México 2005. p. 57. ↩
9. Códice Chimalpopoca. Anales de Cuauhtitlan y Leyenda de los Soles. Traducción Primo Feliciano Velázquez. UNAM. Instituto de Investigaciones Históricas. Segunda edición. México 1975. p. 127. ↩
10. Tlahtocayotl: Estado o territorio gobernado por el tlahtoani. R. Siméon. Tlatocayotl: “Señorío, estado, reino, corona, patrimonio,..”. “Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana”. Siglo XXI Editores. México 1981. p. 674. ↩
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