Muerto Acamapichtli, reunidos los principales de los cuatro grandes barrios o parcialidades en que se había dividido Tenochtitlan determinaron elegir sucesor en la persona de Huitzilihuitl -Pluma de colibrí-, cuarto hijo de aquél.1 Después, dicha elección fue sometida a aprobación del pueblo, parece ser que con carácter asambleario, aunque se desconoce la verdadera naturaleza de dicha ratificación.
El rango
de fechas que dan las fuentes documentales sobre su señorío es sumamente
amplio, pero parece razonable situarlas ca. 1.396-ca. 1.417 d.C.
En el año ome acatl -dos caña, 1.403- de
su dominio los mexicas celebraron la ceremonia del Fuego Nuevo.
Como
su padre, Huitzilihuitl siguió una sabia política personal de alianzas
matrimoniales. Su primera esposa fue una noble tepaneca, hija de Tetzotzomoc según
una fuente, nieta del mismo según otra. Fuese hija o nieta, lo realmente
importante es que entroncó con la familia del señorío de Atzcapotzalco,
lo que propició que los tepanecas aflojaran algo la presión tributaria a
que tenían sometidos a los mexica de Tenochtitlan.
Se desposó asimismo con una noble de Cuauhnahuac, hija del tlahtoani Ozomatzinteuctli, conocido también como Tezcacoatl -serpiente
reflejada en el espejo-, cuyo matrimonio debió de estar en relación
con la pretensión de tener acceso al
preciado algodón, producto del que carecían los mexicas y que se cultivaba
en la “tierra caliente” -del actual Estado de Morelos-. Según la “Crónica Mexicayotl”:
"El tlatoani Huitzilihuitl también solicitó por mujer a otra señora de Cuauhnahuac llamada Miyahuaxihuitl, la cual era hija de Ozomatzinteuctli, tlatoani de Cuauhnahuac. Según dejaron dicho los antiguos, Ozomatzinteuctli gobernaba sobre toda la región de Cuauhnahuac; y los vasallos que lo servían le tributaban el algodón tan útil y los variados frutos que allá se dan. Todo eso no llegaba a Mexico, pues nada de eso se le tributaba; y como los mexicas no disponían de algodón porque eran muy pobres, sólo unos cuantos lo usaban para vestirse, mientras la mayoría hacía sus mastles2 con unas hierbas que crecen en la laguna. Por tal razón Huitzilihuitl solicitó de allá a esa señora; porque el tlatoani de los mexicas se decía: “¿Cómo haremos para emparentarnos con Ozomatzinteuctli. Quizá [convendría] que me fueran a solicitar a su hija”.3
Numerosas
fueron las esposas que tomó este señor, pues según el "Códice
Mendoza”:
"El dicho Huiçilyhuitl fue belicoso en guerras e ynclinado de tener muchas mujeres de las cuales obo muchos fijos, con que se fue aumentando la grosedad de los mexicanos."4
De
entre sus numerosos hijos hay que destacar a su sucesor, Chimalpopoca, a Motecuhzoma Ilhuicamina o Huehue Motecuhzoma,
que sería también tlahtoani y a Tlacaelel, personaje
decisivo durante el señorío de varios gobernantes mexicas y del que
se tratará posteriormente.
Huitzilihuitl continuó
con su participación en las campañas militares de los tepanecas, extendidas a
los cuatro rumbos del complejo lacustre. Hacia el norte se conquistaron Xaltocan y Tollantzinco; al sur, Cuauhnahuac,
Ocuilan, Yecapiztlan y Cuauhtinchan;
al este, Otompan, Acolman y Tetzcoco, continuando la guerra con Chalco; al oeste, Cuauhtitlan
y Toltitlan.
En
la guerra contra Xaltocan participaron junto a Atzcapotzalco tanto
los mexicas como los acolhuas de Tetzcoco y ambos fueron
beneficiados de los repartos de tierras que hicieron los tepanecas. Años
después se tomó Tollantzinco, aunque los “Anales
de Tlatelolco” afirman que había fallecido Huitzilihuitl, por lo
que es posible que fuese una conquista solamente tepaneca.
Ya se ha dicho que Cuauhnahuac fue ocupada en tiempos de de Acamapichtli, pero no debió ser total el sometimiento, pues es cierto que fue tomada -conquistada o reconquistada - bajo el mandato de Huitzilihuitl. En esta zona también fueron conquistadas Yecapiztlan y Ocuilan. Parece claro que los tepanecas buscaban los productos que se obtenían en sus fértiles tierras; entre ellos el algodón, con sus múltiples utilidades: elaboración de vestidos, armaduras acolchadas para amortiguar el impacto de los dardos, mantas que a su vez tenían gran importancia como elemento de trueque y pago de tributos, etc.
En cuanto a Cuauhtinchan, si uno se atiene textualmente a lo que relatan las fuentes no se llega a una conclusión indubitada. Creo que el tema ha sido dilucidado certeramente por Davies5 y se puede afirmar que en esta época los mexicas batallaron contra este altepetl en su búsqueda de caminos para los mercaderes -pochteca- hacia las tierras calientes del Golfo.
El conflicto con Tetzcoco tuvo que ver con los intentos de Tetzotzomoc de Atzcapotzalco tratando extender su hegemonía sobre todo el territorio del Anahuac -Cerca del agua-.
En el siguiente Mapa pueden observarse las campañas militares en las que participaron Huitzilihuitl y su sucesor e hijo Chimalpopoca.
Campañas militares en los alrededores de la zona
lacustre bajo los mandatos de Huitzilihuitl y Chimalpopoca.
Por
la relevancia del señorío de Tetzcoco en el acontecer del
pueblo mexica desde su llegada a la Cuenca, me parece conveniente hacer un
breve comentario a su historia anterior al momento del inicio de las
hostilidades.
He
aquí lo que dice el historiador Ixtlilxochitl sobre el origen de la
ciudad:
“La ciudad de Tezcuco tuvo principio su población en tiempos de los tultecas y se decía Catlenihco y se destruyó y acabó con las demás de los tultecas y después la fueron reedificando los reyes chichimecas y en especial Quinatzin que la ilustró mucho y quedó en ella haciéndola cabeza y corte del imperio, [...]”6
Lo cierto, atestiguado por los estudios arqueológicos, es que el núcleo de población original existía mucho antes de la llegada de los chichimecas, aunque al elegirla Quinatzin como sede de su señorío le dio nuevo realce. Los primeros en llegar a la Cuenca después de la caída de Tollan fueron los chichimecas de Xolotl, que estableció su capitalidad en Tenayocan, repartiendo sus territorios entre sus descendientes, sus capitanes y nuevos recién llegados. Uno de aquellos, su biznieto Quinatzin, asentó su sede en Tetzcoco, que fue asumiendo la preeminencia que antes había tenido Coatlichan en esta área.
Durante la gobernación de Quinatzin y de su hijo y sucesor Techotlalatzin hubo una serie de arribadas a Tetzcoco de poblaciones de lengua nahuatl, siendo de destacar en tiempos del segundo las de cuatro conjuntos de inmigrantes desde Colhuacan, tras la derrota de éste por los tepanecas y mexicas de Acamapichtli; fueron colhuas, tepanecas, mexicas e huitznahuacas. Estos grupos trajeron consigo cambios culturales importantes, incluyendo la lengua nahuatl, e incluso llevando sus propios dioses, entre ellos Tecatlipoca, Huitzilopochtli y Tlaloc. De tal importancia fue este impacto que Techotlalatzin ordenó que el pueblo adoptara la nueva lengua y que los cargos públicos usaran obligatoriamente la misma en el cumplimiento de sus funciones.
En este tiempo los poderes más importantes en la zona lacustre eran los tepanecas y los acolhuas, aunque aquellos dominaban prácticamente las zonas norte, oeste y sur de la misma. Quinatzin mantenía buenas relaciones con Atzcapotzalco y no discutió con Tetzotzomoc por el uso de la dignidad de Chichimecatecuhtli -Señor de los Chichimecas-. Gobernando Techotlalatzin Techotlalatzin las relaciones fueron también pacíficas; pero todo cambió con la ascensión de Ixtlilxochitl, de fuerte personalidad, al señorío de Tetzcoco.
Como se ha dicho, Tetzotzomoc deseaba extender su dominio a toda la zona lacustre y ofreció una de sus hijas en matrimonio a Ixtlilxochitl, que rehusó por no querer aquél reconocerlo como Chichimecatecuhtli -Señor de los Chichimecas-, y tomó por esposa a una hija de Huitzilihuitl de Tenochtitlan. A continuación Atzcapotzalco sometió a fuerte presión tributaria a Tetzcoco, que Ixtlilxochitl rechazó, sentándose el camino para el inicio de hostilidades.
Según
el historiador Alva Ixtlilxochitl, descendiente del tlahtoani anterior:
"Luego que se hicieron las exequias y entierro de Techotlalatzin los señores que se hallaron presentes a ellas juraron por su universal señor a Ixtlilxóchitl, aunque Tezozómoc así que supo la muerte de Techotlalatzin por aviso que tuvo de Teyolcocoatzin su nieto, señor que a la sazón era de Acolman, luego convocó a los señores mexicanos, y entre otras razones que les dijo fue decirles, que él se hallaba muy ofendido de Ixtlilxóchitl por su demasiada presunción y altivez, preciándose no tener iguales en su mando y señorío, pues según buena razón a él competía la sucesión del imperio, pues era nieto de Xólotl, primer poblador de él, demás que era mancebo de poca experiencia para poder conservar un tan gran señorío, y que así de ninguna manera se quería hallar en la Jura, ni de admitir por supremo señor, sino que antes le había de sojuzgar y poner debajo de su mando y señorío, pues tenía tantos y tan principales deudos y parientes, como lo eran ellos y los señores de Acolman y Coatlichan, que con facilidad a éstos y a todos los señores de su casa y vasallos atraería a su voluntad."7
Templo Mayor. Etapa Constructiva II. Delante del
adoratorio de Tlaloc puede verse el Chacmool. A la
derecha, piedra del sacrificio ante el adoratorio de Huitzilopochtli.
Siguió
este gobernante una política de captación de población, atrayendo a gran
número de comarcanos y avecindándolos en la ciudad, ampliando el suelo y
aumentando la construcción de canales. En lo que se refiere a la política
militar, reformó la estructura del ejército, nombrando a su hermano Itzcoatl -futuro tlahtoani mexicatl-
capitán general de los ejércitos. Bajo su mando los mexicas se adiestraron
en la guerra naval mediante el uso de canoas, consiguiendo así
un ahorro importante de medios logísticos en las campañas
alrededor de los lagos. Hay que tener en cuenta que hasta entonces los
desplazamientos a las localidades ribereñas debían de hacerse a pie, dando
largos rodeos y que el transporte de aprovisionamientos y material era
realizado a hombros de porteadores.
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2. De maxtlatl: “Ceñidor, taparrabos o banda ancha que baja hasta los muslos y cubre las desnudeces” (R. Siméon).↩
3. Fernando Alvarado Tezozómoc: Crónica Mexicayotl. En 'Tres crónicas mexicanas'. CONACULTA. Colección Cien de México. 2012 Paleografía y traducción de Rafael Tena. p. 93. ↩
4. Códice Mendoza. Edición digital del Instituto Nacional de Antropología e Historia. México. www.codicemendoza.inah.gob.mx. Folio 4r. ↩
5. C. Nigel Davies: Los mexicas. Primeros pasos hacia el imperio. Instituto de Investigaciones Históricas. UNAM. México 1973. pp. 115-117. ↩
6. Fernando de Alva Ixtlilxochitl: Historia de la nación chichimeca. Editorial Dastin. 1ª edición. Madrid 2000. p. 82. ↩
7. Fernando de Alva Ixtlilxochitl: Ob. cit. p. 94. ↩
8. Fray Diego Durán. Ob. cit. p. 111. ↩
9. Chacmool. Escultura representando una figura humana reclinada hacia atrás, con la cabeza mirando al frente, las piernas recogidas y con un recipiente en su seno. Muy extendida en Mesoamérica, en la época mexica estaba fundamentalmente asociada al culto del dios Tlaloc. ↩
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