Muerto Chimalpopoca, fue elegido sucesor Itzcoatl, con quien se inicia una nueva etapa de expansión territorial de los mexicas, primero por los señoríos colindantes con la zona lacustre y después por territorios más allá del cinturón volcánico del Altiplano Central.
Itzcoatl era hijo de Acamapichtli, habido con una concubina de Cuauhcaltitlan, población perteneciente a Atzcapotzalco. Era, pues, medio hermano de Huitzilihuitl y tío de su antecesor, Chimalpopoca.
Como se ha dicho en el capítulo anterior, su ascenso al poder es posible que se debiera a un “golpe de estado” propiciado por una facción de la dirigencia mexica, a la que pertenecerían el propio Itzcoatl y sus sobrinos Motecuhzoma y Tlacaelel. Este grupo consideraría lo suficientemente fuerte a Tenochtitlan para deshacerse del yugo tepaneca.
“Tenochtitlan. Por este tiempo, durante la guerra, se entronizó Itzcohuatzin en Tenochtitlan. Cuando se entronizó, había de reinar Moteucçomatzin el viejo. Según se dice, no quiso, sino que dijo: “Después seré yo rey; que ahora lo sea mi tío Itzcóhuatl. Porque más quiero fiarle, y entretanto proveer a los mexicanos tenochca de su agua, su comida, sus esteras y sus sillas. Ahora puedo procurarlo. No quiero reinar; pero hacedme capitán (tlacatecatl). Mientras sea rey mi tío Itzcóhuatl, yo estaré sólo de partida. Primero asentaré en la tierra al pueblo que nos rodea”.1
Era Itzcoatl una persona madura cuando asumió el poder, de unos 47 años de edad, había ejercido de tlacochcalcatl en tiempos de su hermano y demostró ser un bravo guerrero.
De nuevo las fuentes documentales ofrecen fechas diferentes sobre la asunción del poder por Itzcoatl y sobre el tiempo de su mandato. Las más numerosas, aunque no por ello tienen que ser las verdaderas, hacen referencia a 1.427 d.C. como fecha inicial y a 13 años de duración, por lo que se puede considerar que su gobierno tuvo lugar ca. 1.427-ca. 1.440 d.C.
El ascenso de Itzcoatl al
poder trajo consigo numerosos cambios, internos y externos; internos,
materializados en el cambio de la estructura político-social de Tenochtitlan; externos, traducidos en una nueva
configuración del poder y del vasallaje en los señoríos del área.
Manuscrito
Tovar. Representación de Itzcoatl. A su izquierda el glifo de
su nombre: Serpiente de obsidiana.
Por lo que respecta a los cambios externos éstos se iniciaron con la política de conquistas seguidas por el tlahtoani. La primera acción militar que emprendió durante su mandato fue la guerra contra los tepanecas. A la muerte de Tetzotzomoc de Atzcapotzalco le sucedió su hijo Maxtla, señor de Coyohuacan, quien según diversas fuentes usurpó el señorío ordenando la muerte de su hermano Tayauh, a quien su padre deseaba como heredero. Tetzotzomoc había sido un inteligente gobernante que había logrado dominar casi todo el territorio circunvecino de la zona lacustre, siguiendo una política de favorecer las disensiones entre los diversos altepeme enemigos y propiciando una red de intercambios matrimoniales entre sus descendientes y la nobleza de aquéllos, imponiendo a varios de sus hijos como señores de los mismos. Esta situación cambió con su fallecimiento, ya que sus vástagos se creían con derecho a la sucesión o cuando menos a dejar de tributar a la metrópoli, lo que produjo un debilitamiento de la cohesión mantenida hasta entonces. Además Maxtla carecía de las cualidades diplomáticas de su progenitor y lo primero que hizo al llegar al poder fue enfrentarse con sus aliados.
Por lo que se refiere
a sus relaciones con Mexico-Tenochtitlan,
viendo el aumento de poder que iban asumiendo sus vasallos, pretendió
reconducirlos a una situación anterior, incrementándoles los impuestos. Además,
aisló a los mexicas poniendo guardias en las calzadas que
comunicaban las dos islas con la tierra firme. Ello provocó la inmediata
reacción de los mismos, disponiéndose para la guerra y solicitando la ayuda de Netzahualcoyotl de
Tetzcoco.
Este tlazopipiltin, que se había refugiado en el sureste, más allá de los dos grandes volcanes, huyendo de la persecución de los tepaneca, logró para su causa -la recuperación del señorío de Tetzcoco- el apoyo de Huexotzinco, Tlaxcallan, Cholollan y Chalco. En 1.428, en una rápida operación, con ayuda de las fuerzas proporcionadas por estos altepeme, logró tomar Tetzcoco, siendo también recuperadas Otompan, Coatlichan, Huexotla, Acolman y Toltitlan. Habiendo asegurado prácticamente su territorio, acudió en auxilio de los mexicas, que le habían prestado ayuda con anterioridad y con cuyos dirigentes le unían lazos de parentesco: su madre era mexica, hermana de Huitzilihuitl e Itzcoatl.
Las fuentes protenochcas -Durán, Tezozómoc, Tovar, Acosta-
no mencionan ni a los acolhuas ni a otros aliados en la derrota de Atzcapotzalco, mientras que Alva Ixtlilxochitl, descendiente de los señores de Tetzcoco, enfatiza el papel principal
desarrollado por Netzahualcoyotl.
Hay que tener en cuenta que las fuentes documentales, redactadas poco después de la conquista española, sean de origen indígena o redactadas por españoles pero
basadas en informes de nativos, narran la historia en función de los intereses
de éstos, ya sea para resaltar sus
merecimientos personales o dinásticos o para destacar la relevancia de sus
ciudades; y ello, en los principales casos, a efectos de justificar la petición
de mercedes y de prebendas personales, o para defender jurisdicciones
o límites territoriales de los pueblos. La objetividad no era en la Nueva
España del siglo XVI un rasgo distintivo de la Historia y esta falta de
imparcialidad hace difícil al estudioso actual determinar qué narración se
atiene a la realidad; y muchos restos arqueológicos, caso de existir, que
pudieran corroborar una u otra versión yacen enterrados bajo los cimientos de
las nuevas ciudades coloniales.
En lo que se refiere a Tenochtitlan y Tetzcoco, las crónicas pro-tenochcas están
representadas por Tezozómoc -descendiente de Motecuhzoma II-,
Durán, Tovar y Acosta; en tanto que la versión tetzcocana está representada por
Pomar y Alva Ixtlilxochitl -descendientes de Netzahualcoyotl-.
Como sostiene Davies2 esdifícil que solos los mexicas hubieran podido derrotar a los tepanecas sin la ayuda del tetzcocano y de algunos señoríos fuera del dominio tepaneca, como Tlaxcallan, Huexotzinco, Cholollan y otros menos importantes. El auxilio de éstos también fue solicitado por Atzcapotzalco; y a su vez, como aliados de Tetzcoco, por Tenochtitlan y Cuauhtitlan. Tlaltelolco se unió a estos últimos debido a que Maxtla había ordenado el asesinato de su tlahtoani, Tlacateol. Por otra parte, relatan los “Anales de Cuauhtitlan” que Maxtla había maltratado a los habitantes de esta ciudad y trasladado su mercado de esclavos a Atzcapotzalco:
“Al cabo, persiguieron a los cuatitlaneses y vinieron a plantar magueyes en la plaza, la cual mudaron a Atzcapotzalco; de ahí que ya no se vendían con frecuencia esclavos en Cuauhtitlan, porque se mudó a Atzcapotzalco, donde todavía se vendían esclavos cuando llegaron los castellanos.”3
Finalmente la ayuda se decantó por Tetzcoco y
sus aliados. Una vez tomada posesión de Tetzcoco,
Netzahualcoyotl acudió en ayuda de los mexicas que estaban sitiados
en la isla. Embarcó en canoas a sus fuerzas y las de sus aliados huexotzincas y
se dirigió hacia la orilla occidental del lago, desembarcando al pie del cerro
del Tepeyacac, acercándose a Atzcapotzalco por el norte. Los tepanecas abandonaron el sitio
de Tenochtitlan y
se retiraron a su ciudad.
A continuación los mexicas se dirigieron a Atzcapotzalco por el este encontrando fortificada la ciudad,
y aunque hubo cruentas batallas no lograron entrar en la misma.
Motecuhzoma, sobrino de Itzcoatl, se
dirigió hacia el sur y logró entrar en Tlacopan sin mucha resistencia. En realidad, este altepetl debió de llegar a un acuerdo con los aliados
en contra de Atzcapotzalco. Su señor, Acolnahuacatl, era hermano de Maxtla y por tanto debía de considerarse con legitimidad para
acceder al señorío de
la metrópoli, o, quizás, viendo el componente de fuerzas en liza se adhirió al
posible bando ganador. Sea por una causa u otra, se puso del lado de los mexica y
acolhuaque, por lo que éstos lo
confirmaron en el señorío, dando a Tlacopan
participación en el botín y en los posteriores tributos, y constituyendo con
sus herederos la futura Triple Alianza de
Mexico-Tenochtitlan, Tetzcoco y Tlacopan.
Los atacantes, ante la solidez de las fortificaciones de Atzcapotzalco decidieron sitiar la ciudad, dividiendo sus fuerzas en cuatro sectores: Netzahualcoyotl se instaló en el sector más complicado, en el lado occidental, cortando los refuerzos que podían llegar a los asediados desde su órbita territorial; Tlacaelel, hermano de Motecuhzoma, dispuso sus fuerzas al norte; Itzcoatl, al este; y Motecuhzoma, después de haber tomado Tlacopan, al sur. El sitio duró 114 días al cabo de los cuales, después de un envío de refuerzos de otras ciudades tepanecas por el noroeste y de una salida simultánea de los cercados en la misma dirección, la batalla final fue ganada por los sitiadores. Según Alvarado Tezozómoc, el tirano Maxtla huyó a Tlachco -el actual Taxco, en el Estado de Guerrero-, donde desapareció o se suicidó4; según Alva Ixtlilxochitl, favorable al papel desempeñado por Tetzcoco, fue entregado a Netzahualcoyotl, quien lo sentenció a muerte arrancándole por su propia mano el corazón.5
La conquista de Atzcapotzalco, en 1 tecpatl -1.428 d. C.-, constituyó el inicio de la
transformación de Mexico-Tenochtitlan en
un huei tlahtohcayotl -gran señorío-, que a partir de entonces inició una
política de conquistas militares, junto a sus dos confederadas, que le llevaría
en el futuro a someter multitud de altepeme de
una orilla del Golfo a la otra del Océano Pacífico.
Los vencidos atzcapotzalca tuvieron que entregar tierras, trabajo y
tributos a los vencedores, la mayor parte de los cuales fueron repartidos, en el
caso de Tenochtilan, entre Itzcoatl y
su familia, los nobles, los templos, los calpoltin y
en menor proporción entre los plebeyos distinguidos en la guerra. Ahora bien,
esta derrota no supuso la capitulación de las ciudades aliadas tepanecas, sino que las mismas se consideraron libres de pagar
tributo a
su antiguo señor, por lo que los mexicas tuvieron que
someterlas a la fuerza.
El próximo paso consistió en conquistar, al año siguiente,
la segunda ciudad tepaneca en importancia, Coyohuacan, que no había prestado ayuda a los atzcapotzalca. Los coyohuaque
solicitaron la ayuda de Colhuacan, Xochimilco, Mizquic, Cuitlahuac, Chalco y
Tetzcoco, pero les fue denegada. La ciudad, en
definitiva, fue tomada y muchos de sus habitantes se refugiaron en el monte Axochco
-la actual sierra del Ajusco, al sur del Distrito Federal-.
En esta zona también fueron conquistadas Atlacuihuayan -hoy Tacubaya-, Huitzilopochco -actualmente Churubusco- y Mixcoac.
A partir de ahí los mexicas se centraron en el
sur del complejo lacustre, tomando las ciudades donde el influjo tepaneca era
más fuerte, a fin de asegurar el territorio y evitar posibles alzamientos. La siguiente
ciudad en ser tomada fue Xochimilco, y a continuación Mizquic, desde donde retornaron para asaltar
seguidamente a Cuitlahuac. Las crónicas protenochcas, relatan la mayor parte de las veces ofensas
de estas ciudades a los mexicas como motivos para sus ataques, ocultando los verdaderos intereses
geopolíticos que guiaban sus acciones, entre los que se encontraba que la zona
sur de la Cuenca constituía paso obligado para acceder a las tierras calientes
del actual Estado de Morelos.
Antes de continuar relatando la expansión territorial, en el
mapa siguiente pueden observarse las principales conquistas realizadas durante el
gobierno de Itzcoatl.
También los mexicas ayudaron a Netzahualcoyotl a
recuperar los territorios acolhuas todavía rebeldes, y en 1.431 aquél fue
investido como tlahtoani de
Tetzcoco, en presencia de Itzcoatl, de Tenochtitlan, y de Totoquihuatzin, de Tlacopan. En este año, según Chimalpahin7,
los mexicas derrotaron por primera vez a los tlatelolcas, lo que debió ser, en
realidad, un intento de sometimiento ya que se sabe que la conquista de Tlaltelolco tuvo lugar en 1.473, en tiempos de Axayacatl.
Dominados prácticamente el occidente, el sur y el este de la zona lacustre los ejércitos aliados se dedicaron a reconquistar los territorios del dominio tepaneca todavía no sometidos. Así, sujetaron Tollan, Tenayocan, Ehecatepec, Cuahuacan, Teocalhueyacan, Huitzitzilapan, Tecpan, Toltitlan, Cuauhximalpan, Tolocan, Xiquipilco y Xocotitlan .
Sujeta la zona lacustre, excepto el señorío de
Chalco al
sureste y sus ciudades aliadas, se
ofrecía a los mexicas la
posibilidad de continuar su expansión territorial más hacia el sur, pasada la
barrera volcánica. Una dificultad importante para ello la constituía la independencia
de tal señorío. Durante décadas los chalca y
los tenochca estaban en guerra
intermitente, sin que la batalla definitiva se inclinase en uno u otro sentido;
ello representaba un peligro para la expansión mexica más hacia el sur, ya que Tenochtitlan podía
quedar sin defensas en caso de un ataque chalca cuando los ejércitos tenochcas estuviesen en
campaña. No obstante, los chalca no
debían de tener interés o fuerzas en aprovechar esta situación, sobre todo a la
vista de la alianza constituída por sus tradicionales enemigos con los señoríos
de Tetzcoco y Tlacopan.
En 1.439 -12 acatl-, año anterior a la muerte de Itzcoatl, tuvo lugar la última gran campaña
emprendida por las tres ciudades aliadas durante el mandato de este tlahtoani. El señor de Xiuhtepec, en
conflicto con el de Cuauhnahuac, solicitó la ayuda de los mexicas. Los confederados dividieron su ejército en varios
contingentes, para atacar por los cuatro puntos cardinales: por el norte se
dirigieron las gentes de Tlacopan, por el oeste la tropa de Tenochtitlan y
por el este y el sur las fuerzas combinadas de Tetzcoco y Xiuhtepec. Como resultado de la misma
quedaron sometidas no sólo ambas ciudades sino también, como se refleja en el
Códice Mendoza8,
Tzacualpan, Yohuallan, Tepequacuilco, Itztepec y Quetzallan.
La división del ejército obedeció probablemente a condicionamientos
logísticos y tácticos, como señala Hassig9. Dado el sistema de aprovisionamiento del
ejército por parte de las ciudades sometidas, era más fácil allegar suministros si se
dividía aquél en contingentes, que salieran por separado y caminos diferentes,
que si se tratase de una sola agrupación mucho más numerosa. Por otra parte, se
evitaba que las fuerzas de Cuauhnahuac pudiesen
obstaculizar en algún paso
de montaña, y sin dividir esfuerzos, el avance de las tropas enemigas.
2. C. Nígel Davies: Los Aztecas. Ediciones Destino. 1ª ed. Barcelona. 1977, p. 67.↩
3. Anales de Cuauhtitlan. En Códice Chimalpopoca. UNAM. IIH. 2ª ed. México. 1975, p. 43. ↩
4. Fernando Alvarado Tezozómoc: Crónica Mexicayotl. En Tres crónicas mexicanas. CONACULTA. Colección Cien de México. 1ª ed. México 2012, p. 105.↩
5. Fernando de Alva Ixtlilxochitl: Historia de la nación chichimeca. Ed. Dastin. 1ª ed. Madrid 2000, p. 136. ↩
6. Fernando de Alva Ixtlilxochitl: Ob. cit. p. 138. ↩
7. Domingo Francisco de San Antón Muñón Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin: Las Ocho Relaciones y el Memorial de Colhuacan. Ed. CONACULTA. México 2003, 1ª reimpresión. Vol. I. Tercera Relación, p. 249. ↩
8. Códice Mendoza. Edición digital del Instituto Nacional de Antropología e Historia. México. www.codicemendoza.inah.gob.mx. Folio 6r. ↩
9. Ross Hassig: Aztec Warfare. Imperial expansion and Political control. Univ. of Oklahoma Press. First ed. 1988, pp. 155-156.↩