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LUGAR DE LA EDIFICACIÓN DE MÉXICO-TENOCHTITLAN. CÓDICE DURÁN

martes, 16 de febrero de 2021

Huitzilihuitl -Pluma de colibrí-

    Muerto Acamapichtli, reunidos los principales de los cuatro grandes barrios o parcialidades en que se había dividido Tenochtitlan determinaron elegir sucesor en la persona de Huitzilihuitl -Pluma de colibrí-, cuarto hijo de aquél.1 Después, dicha elección fue sometida a aprobación del pueblo, parece ser que con carácter asambleario, aunque se desconoce la verdadera naturaleza de dicha ratificación.

    El  rango de fechas que dan las fuentes documentales sobre su señorío es sumamente amplio, pero parece razonable situarlas ca. 1.396-ca. 1.417 d.C. En  el  año ome acatl -dos caña, 1.403- de su dominio los mexicas celebraron la ceremonia del Fuego Nuevo.



                   Manuscrito Tovar. Representación de Huitzilihuitl ciñendo la mitra -  xiuhuitzolli- de tlahtoani. A su izquierda el glifo característico de su nombre  - Pluma de colibrí -. 

    Como su padre, Huitzilihuitl siguió una sabia política personal de alianzas matrimoniales. Su primera esposa fue  una noble tepaneca, hija de Tetzotzomoc según una fuente, nieta del mismo según otra.  Fuese hija o nieta, lo realmente importante es que entroncó con la familia del señorío de Atzcapotzalco, lo que propició que los tepanecas aflojaran algo la presión tributaria a que tenían sometidos a  los mexica de Tenochtitlan. Se desposó asimismo con una noble de Cuauhnahuac, hija del tlahtoani Ozomatzinteuctli, conocido también como Tezcacoatl -serpiente reflejada en el espejo-, cuyo matrimonio debió de estar en relación  con  la  pretensión  de  tener  acceso al  preciado algodón, producto del que carecían los mexicas y que se cultivaba en la “tierra caliente” -del actual Estado de Morelos-. Según la “Crónica Mexicayotl”:

"El tlatoani Huitzilihuitl también solicitó por mujer a otra señora de Cuauhnahuac llamada  Miyahuaxihuitl, la cual era hija de Ozomatzinteuctli, tlatoani de Cuauhnahuac. Según dejaron dicho los antiguos, Ozomatzinteuctli gobernaba sobre toda la región de Cuauhnahuac; y los vasallos que lo servían le tributaban el algodón tan útil y los variados frutos que allá se dan. Todo eso no llegaba a Mexico, pues nada de eso se le tributaba; y como los mexicas no disponían de algodón porque eran muy pobres, sólo unos cuantos lo usaban para vestirse, mientras la mayoría hacía sus mastles2 con unas hierbas que crecen en la laguna. Por tal razón Huitzilihuitl solicitó de allá a esa señora; porque el tlatoani de los mexicas se decía: “¿Cómo haremos para emparentarnos con Ozomatzinteuctli. Quizá [convendría] que me fueran a solicitar a su hija”.3

    Numerosas fueron las esposas que tomó este señor, pues según el "Códice Mendoza”: 

    "El dicho Huiçilyhuitl fue belicoso en guerras e ynclinado de tener muchas mujeres de las cuales obo muchos fijos, con que se fue aumentando la grosedad de los mexicanos."4

     De entre sus numerosos hijos hay que destacar a su sucesor, Chimalpopoca,  a Motecuhzoma Ilhuicamina o Huehue Motecuhzoma, que sería también tlahtoani y a Tlacaelel, personaje decisivo durante el señorío de varios gobernantes mexicas y del que se tratará posteriormente.

    Huitzilihuitl continuó con su participación en las campañas militares de los tepanecas, extendidas a los cuatro rumbos del complejo lacustre. Hacia el norte se conquistaron Xaltocan y Tollantzinco; al sur, Cuauhnahuac, Ocuilan, Yecapiztlan y Cuauhtinchan; al este, Otompan, Acolman y Tetzcoco, continuando la guerra con Chalco; al oeste, Cuauhtitlan y Toltitlan.

    En la guerra contra Xaltocan participaron junto a Atzcapotzalco tanto los mexicas como los acolhuas de Tetzcoco y ambos fueron beneficiados de los repartos de tierras que hicieron los tepanecas. Años después se tomó  Tollantzinco, aunque  los  “Anales de Tlatelolco” afirman que había fallecido Huitzilihuitl, por lo que es posible que fuese una conquista solamente tepaneca.

    Ya se ha dicho que Cuauhnahuac fue ocupada en tiempos de de Acamapichtli, pero no debió ser total el sometimiento, pues es cierto que fue tomada -conquistada o reconquistada - bajo el mandato de Huitzilihuitl. En esta zona también fueron conquistadas Yecapiztlan y Ocuilan. Parece claro que los tepanecas buscaban los productos que se obtenían en sus fértiles tierras; entre ellos el algodón, con sus múltiples utilidades: elaboración de vestidos, armaduras acolchadas para amortiguar el impacto de los dardos, mantas que a su vez tenían gran importancia como elemento de trueque y pago de tributos, etc.   

    En cuanto a Cuauhtinchan, si uno se atiene textualmente a lo que relatan las fuentes no se llega a una conclusión indubitada. Creo que el tema ha sido dilucidado certeramente por Davies5 y se puede afirmar que en esta época los  mexicas batallaron contra este altepetl en su búsqueda de caminos para los mercaderes -pochteca- hacia las tierras calientes del Golfo.

    El conflicto con Tetzcoco tuvo que ver con los intentos de Tetzotzomoc de Atzcapotzalco tratando extender su hegemonía sobre todo el territorio del Anahuac  -Cerca del agua-.

    En el siguiente Mapa pueden observarse las campañas militares en las que participaron Huitzilihuitl y su sucesor e hijo Chimalpopoca



Campañas militares en los alrededores de la zona lacustre bajo los mandatos de Huitzilihuitl y Chimalpopoca.

    Por la relevancia del señorío de Tetzcoco en el acontecer del pueblo mexica desde su llegada a la Cuenca, me parece conveniente hacer un breve comentario a su historia anterior al momento del inicio de las hostilidades.  

    He aquí lo que dice el historiador Ixtlilxochitl sobre el origen de la ciudad:

“La ciudad de Tezcuco  tuvo principio  su  población  en tiempos de los tultecas y se decía Catlenihco y se destruyó y acabó con las demás de los  tultecas y después la fueron reedificando los reyes chichimecas y en especial Quinatzin que la ilustró mucho y quedó en ella haciéndola cabeza y corte del imperio, [...]”6

    Lo cierto, atestiguado por los estudios arqueológicos, es que el núcleo de población original existía mucho antes de la llegada de los chichimecas, aunque al elegirla Quinatzin como sede de su señorío le dio nuevo realce. Los primeros en llegar a la Cuenca después de la caída de Tollan fueron los chichimecas de Xolotl, que estableció su capitalidad en Tenayocan, repartiendo sus territorios entre sus descendientes, sus capitanes y nuevos recién llegados. Uno de aquellos, su biznieto Quinatzin, asentó su sede en Tetzcoco, que fue asumiendo la preeminencia que antes había tenido Coatlichan en esta área.

    Durante la gobernación de Quinatzin y de su hijo y sucesor Techotlalatzin hubo una serie de arribadas a Tetzcoco de poblaciones de lengua nahuatl, siendo de destacar en tiempos del segundo las de cuatro conjuntos de inmigrantes desde Colhuacan, tras la derrota de éste por los tepanecas y mexicas de Acamapichtli; fueron colhuas, tepanecas, mexicas e huitznahuacas. Estos grupos trajeron consigo cambios culturales importantes, incluyendo la lengua nahuatl, e incluso llevando sus propios dioses, entre ellos Tecatlipoca, Huitzilopochtli y Tlaloc. De tal importancia fue este impacto que Techotlalatzin ordenó que el pueblo adoptara la nueva lengua y que los cargos públicos usaran obligatoriamente la misma en el cumplimiento de sus funciones.

    En este tiempo los poderes más importantes en la zona lacustre eran los tepanecas y los acolhuas, aunque aquellos dominaban prácticamente las zonas norte, oeste y  sur de la misma. Quinatzin mantenía buenas relaciones con Atzcapotzalco y no discutió con Tetzotzomoc por el uso de la dignidad de Chichimecatecuhtli -Señor de los Chichimecas-. Gobernando Techotlalatzin Techotlalatzin las relaciones fueron también pacíficas; pero todo cambió con la ascensión de Ixtlilxochitl, de fuerte personalidad, al señorío de Tetzcoco.

    Como se ha dicho, Tetzotzomoc deseaba extender su dominio a toda la zona lacustre y ofreció una de sus hijas en matrimonio a Ixtlilxochitl, que rehusó por no querer aquél reconocerlo como Chichimecatecuhtli -Señor de los Chichimecas-, y tomó por esposa a una hija de Huitzilihuitl de Tenochtitlan. A continuación Atzcapotzalco sometió a fuerte presión tributaria a Tetzcoco, que Ixtlilxochitl rechazó, sentándose el camino para el inicio de hostilidades.

    Según el historiador Alva Ixtlilxochitl, descendiente del tlahtoani anterior:

"Luego que se hicieron las exequias y entierro de Techotlalatzin los señores que se hallaron presentes a ellas juraron por su universal señor a Ixtlilxóchitl, aunque Tezozómoc así que supo la muerte de Techotlalatzin por aviso que tuvo de Teyolcocoatzin su nieto, señor que a la sazón era de Acolman, luego convocó a los señores mexicanos, y entre otras razones que les dijo fue decirles, que él se hallaba muy ofendido de Ixtlilxóchitl por su demasiada presunción y altivez, preciándose no tener iguales en su mando y señorío, pues según buena razón a él competía la sucesión del imperio, pues era nieto de Xólotl, primer poblador de él,  demás que era mancebo de poca experiencia para poder conservar un tan gran señorío, y que así de ninguna manera se quería hallar en la Jura, ni de admitir por supremo señor, sino que antes le había de sojuzgar y poner debajo de su mando y señorío, pues tenía tantos y tan principales deudos y parientes, como lo eran ellos y los señores de Acolman y Coatlichan, que con facilidad  a éstos y a todos los señores de su casa y vasallos atraería a su voluntad."7
    Esto ocurría en 1.414. Algunas ciudades teóricamente sujetas a Tetzcoco -Xaltepec, Otompan, Axapochco, Temazcalapan- secretamente secundaban a los tepanecas. Entre las fieles se encontraban Tollantzinco, Huexotla, Tepepolco, Coatlichan Acolman.

    Al año siguiente Tetzotzomoc desencadenó el ataque, comenzando por la ciudad de Itztapallocan -la actual Ixtapaluca-, con el fin de tomar Tetzcoco por el sur. Aunque la embestida a la ciudad fue rechazada, el final de la campaña terminó con la toma de Acolman,  Otompan, Tepechpan y Tollantzinco. Tetzcoco sería conquistada siendo Chimalpopoca, sucesor sucesor de Huitzilihuitltlahtoani de Tenochtitlan.

    Dos años después, en 1.417, Ixtlilxochitl inicia una contraofensiva contra Atzcapotzalco dirigiéndose hacia la misma primero por el noreste, luego por el noroeste y bajando después hacia el sur, hasta llegar a sitiar la capital durante cuatro meses, tomando, entre otras ciudades importantes, Otompan, Tollan, Xilotepec y Cuauhtitlan.  No se sabe bien por qué Ixtlilxochitl no llegó a tomar Atzcapotzalco, permitiendo que al año siguiente Tetzotzomoc iniciara de nuevo una campaña envolvente sobre Tetzcoco
 
     En  este  período  continuó  la  guerra  contra  Chalco, pero más bien como una cuestión puramente de los mexicas ya que, aunque comenzó siendo un asunto tepaneca, en un determinado momento  los chalcas fueron aliados de Tetzotzomoc en su lucha contra Tetzcoco. A su vez,  parece ser que los tepanecas también colaboraron con otra serie de señoríos en la defensa de los intereses chalcas en contra de los avances mexicas.

    En 1.417 fallece Huitzilihuitl habiendo contribuido a la ampliación de su ciudad y al aumento del respeto hacia ella por parte de sus  vecinos. Según Durán,8 empezó a poner leyes y ordenanzas en su República (sic), en especial en lo que se refería al culto de sus dioses y, agrandó la anterior estructura del Huei Teocalli. A este respecto ha de hacerse constar que, según las modernas investigaciones arqueológicas, se han hallado siete fases  constructivas  del  Templo  Mayor. Cada una  consistía en una superposición sobre la anterior, haciendo por consiguiente el Templo más ancho y más alto, basándose en la necesidad de evitar los hundimientos de un gran edificio construido en terreno pantanoso y en el no menos  importante empeño de los sucesivos gobernantes en aumentar su prestigio y su impresión de poder. La que ha sido llamada fase II puede verse actualmente en las ruinas del Templo en la ciudad de México: en su cima, la entrada a los adoratorios de Tlaloc y de Huitzilopochtli. Delante del adoratorio de Huitzilopochtli hay una piedra sagrada del sacrificio -techcatl-, realizada con tetzontli -tezontle, material volcánico abundante en la Cuenca-. En el último escalón, alineado con la piedra de los sacrificios hay un glifo Ome tochtli -2 conejo, 1.390 d.C.- que indica aproximadamente el inicio de las fechas de construcción de esta etapa. Además, a la entrada del adoratorio de Tlaloc hay un Chacmool.9

    Todavía quedan restos polícromos, tanto del mismo como de las paredes interiores de los adoratorios. Esta fase es atribuida por los arqueólogos al período de dominación de los tres primeros tlahtoque, Acamapichtli, Huitzilihuitl Chimalpopoca.

          


Templo Mayor. Etapa Constructiva II.  Delante del adoratorio de Tlaloc puede verse el Chacmool. A la derecha, piedra del sacrificio ante el adoratorio de Huitzilopochtli

    Siguió este gobernante una política de captación  de población, atrayendo a gran número de comarcanos y avecindándolos en la ciudad, ampliando el suelo y aumentando la construcción  de canales. En lo que se refiere a la política militar, reformó la estructura del ejército, nombrando a su hermano Itzcoatl -futuro tlahtoani mexicatl- capitán general de los ejércitos. Bajo su mando los mexicas se adiestraron en la guerra naval mediante el uso de canoas, consiguiendo  así  un  ahorro  importante de medios logísticos en las campañas alrededor de los lagos.  Hay que tener en cuenta que hasta entonces los desplazamientos a las localidades ribereñas debían de hacerse a pie, dando largos rodeos y que el transporte de aprovisionamientos y material era realizado a hombros de porteadores.

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1. Fray Diego Durán: Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme I. CONACULTA. Cien de México. Primera reimpresión. 2002. México. pp. 105 - 106.

2. De maxtlatl: “Ceñidor, taparrabos o banda ancha que baja hasta los muslos y cubre las desnudeces” (R. Siméon).

3. Fernando Alvarado Tezozómoc: Crónica Mexicayotl. En 'Tres crónicas mexicanas'. CONACULTA. Colección Cien de México. 2012 Paleografía y traducción de Rafael Tena. p. 93.

4. Códice Mendoza. Edición digital del Instituto Nacional de Antropología e Historia. México. www.codicemendoza.inah.gob.mx. Folio 4r.

5. C. Nigel Davies: Los mexicas. Primeros pasos hacia el imperio. Instituto de Investigaciones Históricas. UNAM. México 1973. pp. 115-117.

6. Fernando de Alva Ixtlilxochitl: Historia de la nación chichimeca. Editorial Dastin. 1ª edición. Madrid 2000. p. 82.

7. Fernando de Alva Ixtlilxochitl: Ob. cit. p. 94.

8. Fray Diego Durán. Ob. cit. p. 111.

9. Chacmool. Escultura representando una figura humana reclinada hacia atrás, con la cabeza mirando al frente, las piernas recogidas y con un recipiente en su seno. Muy extendida en Mesoamérica, en la época mexica estaba fundamentalmente asociada al culto del dios Tlaloc.

Acamapichtli-Manojo de cañas-

    Los mexicas de Tenochtitlan decidieron desde un principio comerciar con sus vecinos inter- cambiando los productos que ofrecía la laguna -peces, ranas, anátidas, etc.-, por aquellos otros de los que carecían,  fundamentalmente maíz para la alimentación y madera, piedra y cal para la construcción.

    En un momento determinado decidieron escoger un gobernante propio y fueron a buscarlo a Colhuacan, eligiendo para ello al hijo de un mexica y de una princesa colhua -en la pestaña de “La migración” hice alusión a los lazos  familiares establecidos entre las gentes colhuas y los mexicas en tiempos de su estancia en Tizaapan-. Consiguieron con ello una doble legitimidad, la de la propia sangre y la de la descendencia tolteca, por el prestigio que proporcionaba un linaje proveniente de la antigua cultura de Tollan, ciudad de la que Colhuacan era uno de sus últimos reductos.

    El elegido fue Acamapichtli -Manojo de cañas-, que como se ha dicho era hijo de un mexica, Opochtli, y de una princesa colhua, hija de Coxcox de Colhuacan. Este altepetl tenía un sistema de gobierno cuatripartito cuyos señores pertenecían a dinastías distintas, de las cuales la que aquí nos interesa es la representada por Coxcox, abuelo materno del futuro tlahtoani mexica. El sucesor de Coxcox, también llamado  Acamapichtli Huehue  Acamapichtl, fue destronado y muerto por Achitometl y cuya usurpación dio lugar a la decadencia de Colhuacan. Duránnos dice al respecto:

"Estos [los mexicas], viendo ya  su çiudad y asiento fundada, determinaron de buscar Rey, haciendo su junta y cabildo truxeron por señor un hijo  de Opochtzin, señor de los mexicanos, que viviendo los mexicanos en Tiçaapan se auia casado con una  señora de Culhuacan llamada Atotoztli, de la cual auia auido este  hijo  llamado Acamapich; del cual los mexicanos tenían noticia, que de mas de ser de línea de sus señores, auia salido muy valeroso moço y acudia a la lignea y sangre de donde decendía. Traydo a la ciudad, fué eleto por rey della en paz y concordia y sin contradicion de ninguna persona, y él con toda umildad recebió el mando y cura del reino, con carga de subjecion y vasallaje á los de Azcaputzalco, pues á causa de auer edificado en sus tierras, les eran tributarios."1

    Así pues, es de creer que mucho tendrían que ver los tepanecas en la elección de Acamapichtli, dada la situación de dependencia de Tenochtitlan respecto al señorío de Atzcapotzalco. Incluso el historiador Ixtlilxoxochitl2 afirma que era hijo del señor tepaneca.

    Un personaje femenino sobre el que existen discrepancias es Ilancueitl -Falda de anciana-, a quien una fuente histórica designa como esposa de Acamapichtli; otra, como madre; otra, como tía o madre adoptiva además de esposa. Independientemente de su verdadera relación con Acamapichtli, lo cierto es que, si fue su esposa, no tuvo descendencia con el mismo. Las principales autoridades tenochcas, sin embargo, dieron a sus hijas como esposas al nuevo gobernante, de las que tuvo numerosos herederos, que aumentaron la incipiente nobleza mexica. He aquí lo que dice Fray Diego Durán:

"Fue casado este rey con una gran señora, natural de Culhuacan, llamada Ilancueitl, la cual fue estéril y infecunda, de lo cual el rey y todos los grandes tenían mucho pesar; y temiendo su reino no quedase sin eredero, tuvieron los señores entre sí su consejo y determinaron de que cada uno dellos le diese una de sus hijas, para que teniéndolas por mugeres, dellas naciesen erederos del reino y sucesores;  […]; en fin, cada uno de los grandes señores y ayos del dios, cada uno ofreció al rey una de sus hijas por muger, al rey, para que de allí sucediese línia de los señores de la tierra."3

    Desde el punto de vista externo la situación de la nueva población sería insegura, dada la posición política inamistosa de los pueblos vecinos y, militarmente, a  la dificultad de poner de acuerdo a los líderes de los varios calpoltin,  quienes tendrían sus propios intereses. La opción por un príncipe foráneo, aunque de sangre mexica, tuvo el efecto  de fortalecer la dirección de los asuntos bélicos y diplomáticos, a la vez que, en contrapartida, los dirigentes de calpolli se aseguraron cierta influencia en el nuevo orden de poder más centralizado, a través de la pertenencia  de parte de su descendencia a la futura nobleza -los pipiltin-4que surgió de esas relaciones matrimoniales.

    Mientras tanto Mexico-Tlaltelolco estaba más próxima a la órbita tepaneca y algunas fuentes están de acuerdo en que el primer gobernante de la ciudad, Cuacuauhpitzahuac, fue nombrado por el señor de Atzcapotzalco, difiriendo solamente en si era hijo de Tetzotzomoc o hermano de éste.5 


Manuscrito Tovar. Representación de Acamapichtli ciñendo la mitra de turquesas -xiuhuitzolli- de tlahtoani. A la izquierda glifo indicativo de su nombre -Manojo de cañas-.

    Aunque las narraciones discrepan en cuanto a las fechas que abarcó el gobierno de Acamapichtli, lo más probable es que su duración se situase aproximadamente entre 1.375 - 1.395 d.C.

    De entre las campañas militares emprendidas bajo su mandato,  como auxiliares de los tepanecas, hay que citar las de Chalco, Xochimilco, Mizquic, Cuitlahuac y Cuauhnahuac; además de las de Chimalhuacan, Cuauhximalpan y Xilotepec

    La guerra con Chalco constituyó más bien una serie de choques que una conquista -este  estado sólo fue definitivamente dominado en tiempos del posterior tlahtoani Motecuhzoma Ilhuicamina-. El conflicto comenzó poco después de la asunción del poder por Acamapichtli, y en una primera fase, hacia 1.375, consistió en una xochiyaoyotl - guerra florida-,  entre los chalcas y  los tepanecas-mexicas, con occisión de prisioneros, aunque solo macehualtin6, pues los cautivos principales de uno y otro bando eran liberados. En una segunda fase, años más tarde, dejó de tener ese carácter y ya no fueron redimidos los nobles apresados. Este conjunto de choques tuvo unos importantes bandazos en uno y otro sentido y hacia 1.406, bajo el dominio de su sucesor Huitzilihuitl, la conflagración parece estar ya en manos mexicas. Cuando muere este segundo tlahtoani mexicatl, en 1.415, el conflicto, según señala Chimalpahin,7 llevaba 40 años de duración y los enfrentamientos continuaron durante el mandato de su sucesor, Chimalpopoca.
    Las conquistas más notables en tiempos de Acamapichtli fueron, como queda dicho, las de XochimilcoMizquicCuitlahuac y Cuauhnahuac, aunque los “Anales de Tlatelolco” las atribuyen al señor de esta ciudad, Cuacuahpitzahuac, lo cual es una muestra del sentido etnocéntrico de las historias escritas por autores indígenas. Dichas conquistas fueron emprendidas por los tepanecas, con la ayuda de los mexicas. He aquí lo escrito por el padre Clavijero al respecto:
"El intérprete de la Colección de Mendoza atribuye a este rey la conquista de Mizquic, Cuitlahuac, Cuauhnahuac y Xochimilco; pero mal podrían conquistar los mexicanos otras ciudades cuando apenas podían mantenerse en la suya. Lo más verosímil es que sirviesen de tropas auxiliares a otros estados contra aquellos lugares, [...]"8

    En el siguiente mapa se ofrece una representación gráfica de las campañas militares emprendidas en tiempos de Acamapichtli



Campañas militares emprendidas en tiempos de Acamapichtli.

“Manojo de cañas” fue un gobernante inteligente, que dio muestras de prudencia política con la metrópoli dominante, Atzcapotzalco, evitando un enfrentamiento directo con la misma, lo que hubiese significado probablemente la pérdida total de autonomía, si no su exterminio. Las fuentes documentales pro tenochcas narran la imposición por los tepanecas a los mexicas-tenochcas de una fuerte carga tributaria adicional al acceder Acamapichtli al señorío, con la intención de que no pudiéndola soportar o bien se fuesen de su territorio, o bien se sublevasen y pudiesen ser así destruídos. Los mexicas con buen juicio accedieron a las exigencias de Tetzotzomoc, por gravosas que fueran, manteniéndose así en paz y construyendo su ciudad y aumentando su población.

Desde el  punto  de  vista  interno  Acamapichtli tejió una compacta red de matrimonios con las hijas de los jefes de los calpoltin, que le permitió atraerse a los líderes mexicas a su política de paz doméstica, que favorecería el progreso económico, el aumento de la población, del comercio, y el engrandecimiento de la ciudad. Dedicó sus esfuerzos a la mejora de la edificación de la localidad, a la construcción de chinampas y canales, y a la ampliación del centro ceremonial de la urbe.

A  su  fallecimiento no dejó nombrado heredero entre sus numerosos hijos, aunque fue elegido uno de ellos por un reducido número de notables. En la pestaña “La selección de los tlahtoque” se verá que aunque los sucesivos tlahtoque fueron miembros de este linaje, su ascensión al mando difería del sistema de primogenitura vigente en los reinos de Europa.

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1. Fray Diego Durán: Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme I. CONACULTA. Cien de México. Primera reimpresión. 2002. México. pp. 98- 99.

2. Alva Ixtlilxochitl, Fernando: Obras Históricas, publicadas y anotadas por Alfredo Chavero. Tomo I. Historia de los señores Chichimecas. Cuarta Relación. Oficina Tip. De la Secretaría de Fomento. México 1891. p. 103.

3. Fray Diego Durán: Ob.cit. Pág. 99.

4. Pipiltin: Plural de Pilli. “Hidalgo, noble, señor, grande, hombre de calidad” (R. Siméon).

5. En el Apéndice I se reflejarán los tlahtoque de Atzcapotzalco, Tenochtitlan, Tlaltelolco y Tetzcoco, así como las fechas aproximadas de sus mandatos.

6. Macehualtin: Plural de Macehualli. “Vasallo” (Molina). Plebeyo, hombre de clase baja.

7. Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin: Ob. cit. Vol. I. Tercera Relación. pp. 237-239.

8. Francisco Javier Clavijero: Historia antigua de México. Editorial Porrúa. Colección “Sepan cuantos...” Séptima edición. México 1982. p. 76.