Según Chimalpahin, nació Motecuhzoma -Nuestro señor enojado- en el año 10 tochtli -10 conejo-; es decir, 1.398 d. C.-. Era hijo de Huitzilihuitl -Pluma de colibrí- de Tenochtitlan y de Miahuaxihuitl -Preciosa flor del maíz-, hija del tlahtoani de Cuauhnahuac.
Su verdadero nombre era Ilhuicamina -el que lanza flechas al
cielo-, y así se representaba su glifo en los libros pintados, una flecha
atravesando un artístico cielo. También llevaba como sobrenombre Chalchiutlatonac -el que hace brillar las
cosas como el jade-, denominación habitual de otros señores de ciudades del
Altiplano.
Los cronistas suelen anteponer Huehue -Viejo- para distinguirlo
de su homónimo posterior, el segundo, quien gobernaba a la llegada de los
españoles. Así, pues, es conocido como Huehue
Motecuhzoma Ilhuicamina Chalchiutlatonac, aunque en adelante se
citará aquí como Motecuhzoma I.
Figura 18.- Manuscrito Tovar. Coronación de Motecuhzoma Ilhuicamina -Flechador del cielo-. A la izquierda el glifo representativo de su nombre: una flecha atravesando el cielo.
Antes de ser electo tlahtoani había destacado desde muy joven en misiones diplomáticas encomendadas por su tío Itzcoatl, de quien también fue tlacatecatl, como se ha dicho en el capítulo anterior. Como embajador destaca el cumplimiento de una misión para solicitar la ayuda de Netzahualcoyotl contra los tepanecas; llegado a Tetzcoco logró con éxito su cometido, aunque enviado a continuación por el señor acolhua a solicitar también la ayuda de Chalco, la misma le fue denegada, se le hizo prisionero en esta ciudad y posteriormente se fugó, logrando regresar a Tenochtitlan. Como tlacatecatl participó en la guerra contra Atzcapotzalco, dirigiendo el contingente que por el sur sitió la ciudad, y en la batalla decisiva dio muerte al general tepaneca Mazatl -Venado-, lo que propició la victoria de los aliados.
Me he atenido en la descripción de los hechos referidos en los dos párrafos anteriores a lo relatado por Fray Juan de Torquemada1 y por el Licenciado Veytia,2 ya que los cronistas protenochcas no mencionan los mismos y atribuyen los méritos de la victoria casi exclusivamente, como se verá con posterioridad, a Tlacaelel, hermano mayor de Motecuhzoma.
A la muerte de Itzcoatl, acaecida en 1.440, es propuesto por el Consejo Supremo como tlahtoani, tomando posesión con los fastos acostumbrados en tales ocasiones.
Las conquistas en tiempos de Motecuhzoma
Cuando Motecuhzoma accedió al poder lo primero que hizo fue reafirmar su autoridad sobre los señoríos aledaños a la zona lacustre. Hay que tener en cuenta que la Triple Alianza frecuentemente dejaba una amplia libertad interna a las poblaciones sometidas a su dominio -incluso conservando sus propios señores locales-, exigiéndoles lealtad, pago del tributo, ayuda en caso de necesidad bélica y paso franco a los comerciantes; pero no imponía, en la mayoría de los casos, gobernantes foráneos que ejerciesen un dominio directo de los altepeme sujetos. Esta gran autonomía conllevaba por el contrario un riesgo: el de que los pueblos dominados, en momentos de debilidad de las metrópolis y especialmente en los casos de disputas sucesorias en las mismas, intentasen rebelarse y sacudirse el yugo de ellas.
Por ello los señores mexicas, después de su nombramiento, se obligaban a ratificar su autoridad emprendiendo alguna campaña militar que afirmase su poder entre los pueblos sujetos y su prestigio entre los aún no conquistados.
La primera empresa militar que abordó fue la continuación de la guerra contra Chalco, que no había podido ser conquistada por su antecesor Itzcoatl. La enemistad entre los chalcas y los mexicas venía desde los tiempos en que los primeros participaron en la derrota de los segundos en Chapoltepec, antes de la fundación de Tenochtitlan; animadversión agudizada posteriormente por la participación de los mexicas como mercenarios de Atzcapotzalco en su lucha contra Chalco.
La excusa para reiniciar las hostilidades fue la ampliación del templo de Huitzilopochtli. Se solicitó el auxilio de Atzcapotzalco, Coyohuacan, Colhuacan, Xochimilco, Tlacopan, Cuitlahuac y Mizquic, todas ellas ciudades sometidas por su predecesor; y aún la ayuda de Tetzcoco. La colaboración requerida consistía en la prestación de mano de obra, además del suministro de madera, cal y piedras para la construcción. Todos los señoríos aceptaron, lo que obviamente representaba un reconocimiento tácito de sumisión, excepto en el caso de Tetzcoco. Pero Chalco, a quien también se recabó apoyo, se negó a cooperar, por considerarse suficientemente fuerte e independiente para hacer frente, en su caso, a los mexicas. Este rechazo a prestar ayuda, que servía formalmente como pretexto para declarar la guerra, permitió a Motecuhzoma iniciar las hostilidades contra los chalcas, hecho que, según Chimalpahin, tuvo lugar en el año 6 Conejo -1.446-:
6 Tochtli, 1.446 [...]
En este mismo año, según dicen algunos antiguos mexicas, comenzó la gran guerra de Chalco. Durante 20 años Chalco estuvo cerrado, pues los mexicas no podían entrar allá, y, de igual modo, los chalcas no podían entrar en México-Tenochtitlan. Entonces Huehue Moteuczomatzin Ilhuicamina y Cihuacohuatl les pidieron piedras para edificar el teocalli de su dios Huitzilopochtli, sin ser todavía sujetos de los mexicas, y por eso se enojaron los tlahtoque de Chalco.3
Los mexicas intentaron doblegar a los chalcas, luchándose encarnizadas batallas entre unos y otros, en las que, además de numerosas víctimas, se hicieron por ambas partes prisioneros que fueron sacrificados a sus respectivos dioses tutelares. Pese a que los tenochcas reivindicaron la victoria, lo cierto es que, como se verá con posterioridad, Chalco solo fue totalmente doblegada al final del mandato de Motecuhzoma.
La primera gran campaña fuera del ámbito de la Cuenca de México se dirigió, en los primeros años del gobierno de Motecuhzoma, hacia las tierras de los actuales Estados de Guerrero y Morelos, probablemente en dos expediciones consecutivas, para consolidar y aumentar las conquistas efectuadas en tiempos de Itzcoatl. En tierras de Guerrero fueron tomadas Otzoman, Quetzallan, Ichcateopan, Teoxahuallan, Poctepec, Tlachco, Tlachmalacac, Chilapan, Cuauhteopan, Tzompanhuacan y otras ciudades que probablemente se sometieron al paso del ejército sin presentar batalla. Torquemada afirma que el motivo para declararles la guerra fue:
[…] haber muerto a ciertos mexicanos que pasaban por sus pueblos a cosas que el rey los enviaba.4
Hacia Morelos fueron recuperadas Cuauhnahuac y Ocuillan y más hacia el sudeste Tepoztlan, Totolapan, Atlatlauhyan, Xiuhtepec, Yauhtepec, Huaxtepec, Yacapichtlan, Tecpantzinco e Itzyocan.
A finales de la década de 1.440 ó principios de la de 1.450, comenzaron de nuevo los enfrentamientos con Chalco. En estos combates se utilizó una táctica distinta: si anteriormente se fomentaba la pelea cuerpo a cuerpo, haciendo prisioneros para sacrificar, ahora se generalizó el uso del arco y la flecha con objeto de causar el mayor número de muertes posibles, fuesen de plebeyos o de nobles; se pretendía causar al enemigo el mayor desgaste posible en efectivos. Aunque las fuentes documentales pro-tenochcas informan de la derrota de los chalcas, lo cierto que la pérdida de vidas humanas fue elevada por ambas partes y Chalco no fue definitivamente derrotada, aunque su posición se debilitó ya que su territorio fue siendo rodeado por las sucesivas conquistas mexicas de otras regiones, lo que le impedía retirarse y conseguir aliados.
Después de cinco años -1.450 a 1.454- en los que el empuje expansionista se contuvo debido a malas cosechas en el Altiplano Central y a la consiguiente hambruna, las siguientes conquistas se encaminaron en dirección al noreste, a las tierras del Golfo, en 1.458 según el Códice Telleriano-Remensis. El motivo aducido fue la matanza de mercaderes -pochteca- por las ciudades de Xiuhcoac -hoy Chicontépec- y Tochpan -Tuxpan-, en el actual Estado de Veracruz - Mapa 13-. Los mercaderes de la Triple Alianza suscitaban resentimiento entre los comerciantes de otros estados debido a la competencia que les hacían, pero sobre todo inspiraban sentimientos de hostilidad en sus dirigentes porque era conocida la utilización que los tlahtoque aliados hacían de ellos como espías para conocer la situación geográfica, económica y política de los territorios por los que transitaban.
En las fuentes documentales se narran con asiduidad percances de esta naturaleza. Ross Hassig refiriéndose a las numerosas muertes de mercaderes en distintos territorios posteriormente conquistados ha señalado:
Primeras conquistas realizadas fuera de la zona lacustre bajo el señorío de Motecuhzoma I. Los números no significan orden de conquista, sino referencia toponímica. Nombres actuales entre paréntesis.
1-Ocuillan (Ocuilán de Arteaga); 2-Tepoztlan (Tepoztlán); 3-Totolapan (Totolapán); 4-Cuauhnahuac (Cuernavaca); 5-Atlatlauhyan (Atlatlahucan) ; 6-Xiuhtepec (Jiutépec); 7-Yauhtepec (Yautépec); 8-Huaxtepec (Oaxtépec); 9-Yacapichtlan (Yecapixtla); 10-Tecpantzinco (Tepalcingo); 11-Itzyocan (Izúcar de Matamoros). 12-Tzompanhuacan (Zumpanhuacán); 13-Chontalcoatlan (Chontalcoatlán); 14- Oztoman (Cerca de Atlapehuacaya); 15-Ichcateopan (Ixcateopán de Cuautémoc); 16-Tlachco (Taxco de Alarcón); 17-Poctepec; 18-Coatepec (Coatépec de los Costales); 19-Tlachmalacac (Tlaxmalac); 20-Tepecuacuilco (Tepecoacuilco de Trujano); 21-Quetzallan (Quetzala); 22-Tlalcozaauhtitla (Tlalcozotitlán); 23-Teoxahuallan; 24-Chilapan (Chilapa); 25-Ohuapan (San Agustín Oapan); 26-Cuauhteopan (cerca de Olinalá). |
Tales incidentes fueron usados por los Aztecas tan a menudo y sobre un área tan amplia que no pueden ser entendidos como razones para las guerras sino como pretextos.5 [traducción personal].
Reunido el ejército
aliado se encaminó hacia la costa por Tollantzinco, dominio bajo la
influencia de Netzahualcoyotl, donde descansó y fue
abastecido de provisiones. Una vez
llegado a su objetivo, los huaxtecas, que no habían acordado ninguna acción
coordinada, fueron derrotados mediante el uso de una táctica de simulación: el
mando aliado ordenó que se ocultasen unos dos mil guerreros de los más
destacados mientras el grueso del ejército fingía retirada; las tropas
huaxtecas siguieron en persecución de los fugitivos y cuando rebasaron a los
militares camuflados éstos los acometieron por la retaguardia y el contingente principal giró, con lo cual fueron sorprendidos entre dos fuegos y
desbaratados.
Localidades tomadas en
el camino hacia Tochpan fueron Xolotlan, Pahuatlan, Cuauhchinanco, Tlapacoyan, Chapolicxitlan, y Tozapan, en el actual Estado de
Puebla.
1-Tollantzinco (Tulancingo de Bravo); 2-Xolotlan (Xolotla);
3- Pahuatlan (Pahuatlán); 4-Cuauhchinanco (Huauchinango); 5-Tlapacoyan ( Tlapacoya); 6-Chapolicxitlan (Jopala); 7-Tozapan (Tuzapán); 8-Tochpan (Tuxpan); 9-Tamachpan (Temapache); 10-Xiuhcoac (Chicontépec).
11-Tzauctlan (Zautla); 12-Tlatlauquitepec (Tlatlauquitépec); 13-Tzapotlan (Zapotitlán); 14-Maxtlan; 15-Quiahuiztlan (Quiahuiztlán); 16-Cempohuallan (Zempoala); 17-Oceloapan (cerca de Puente Nacional); 18-Tlahuitollan; 19-Teoixhuacan (Ixhuacán de los Reyes); 20-Quimichtlan (Quimixtlán); 21-Chichiquillan (Chichiquila); 22-Tototlan (Totutla); 23-Tlatictlan; 24-Tlatlactetelco (Tlaltetela); 25-Cuauhtochco (cerca de Carrillo Puerto); 26-Ahuilizapan (Orizaba); 27-Coxolitlan (Coxolitla); 28-Teohuacan (Tehuacán); 29-Cozcatlan (Coxcatlán); 30-Teotitlan (Teotitlán de Flores Magón); 31-Huehuetlan (probabl. San Francisco Huehuetlán).
32-Tecpantzinco (Tepaltzingo); 33-Itzyocan (Izúcar de Matamoros); 34-Cuauhtinchan (Cuautinchán); 35-Tecalco (Tecali de Herrera); 36-Tepeyacac (Tepeaca); 37-Oztoticpac (Oxtotípac); 38-Coatepec (Coatépec); 39-Acatzinco (Acatzingo); 40-Tecamachalco (Tecamachalco); 41-Yohualtepec (Yehualtépec); 42-Tetlicyoccan (San Gabriel Tetzoyocan).
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Probablemente también fue sometida Xilotepec y algunas otras localidades en el camino hacia Tollantzinco.
De regreso, en Tenochtitlan Motecuhzoma convocó a los dirigentes de todas las ciudades sometidas y también a los de las independientes para asistir a la fiesta de Tlacaxipehualiztli, en honor del dios Xipe Totec, haciéndoles numerosos regalos en forma de mantas, armas, bezotes, orejeras, narigueras y otras joyas y piedras preciosas. El evento principal de dicha festividad consistió en el sacrificio, en presencia de los mismos y de numeroso público, de los prisioneros tomados en la Huaxteca. Se desarrollaba atando al prisionero a una piedra redonda con un agujero en el centro -temalacatl- ; al cautivo se le proporcionaban armas sin filo y debía luchar contra varios guerreros, uno tras otro, dotados con armas lacerantes. Una vez herido, lo que casi siempre ocurría, le era extraído el corazón y posteriormente era desollado y su piel servía de vestimenta al oferente o bien éste la cedía a otro individuo que solicitaba limosna.
Manuscrito
Tovar. Representación del sacrificio gladiatorio.
Como se ha dicho anteriormente, los tlahtoque mexica necesitaban mostrar su poderío a los pueblos
cercanos y a los no sometidos y qué mejor medio de hacerlo que a través del
miedo provocado entre amigos y enemigos.
Al regreso a sus lugares de origen los dirigentes invitados llevaban consigo la
sensación de lo que podría acontecer a sus ciudades si se rebelasen o entrasen
en conflicto con Tenochtitlan. Bien lo expresa Durán cuando escribe:
Desde entonces todos los de las provincias y ciudades comarcanas dexaron de tratar reueliones ni contiendas con los mexicanos, viendo quán adelante estauan y cómo tratauan á sus enemigos.6
A continuación, los siguientes objetivos
de la Triple Alianza fueron Ahuilizapan -Orizaba- y Cuetlachtlan -Cotaxtla-. Embajadores
de la confederación fueron enviados para
solicitar a Cempohuallan y Quiahuiztlan caracoles, tortugas, perlas y otras conchas marinas para
Huitzilopochtli, una excusa como se sabe para solicitar su sumisión, pero los
enviados fueron asesinados, junto con
pochteca que por allí circulaban, en Cuetlachtlan, Ahuilizapan y cerca de
Tlaxcallan; unos mercaderes que
lograron escapar llevaron las
noticias a Tenochtitlan.
Los tlaxcaltecas ofrecieron ayuda a los
cuetlachtecas si no se sometían a los
dictados de la Triple Alianza y convencieron a sus dirigentes para matar a
los embajadores, lo que significaba la
declaración de guerra. Tlaxcallan perseguía con ello, como
se ha dicho, dejar expeditas las vías de comunicación hacia las tierras del
Golfo, para la obtención de productos de los que carecía, entre ellos la sal,
así como para evitar el aro que se estaba ciñendo a su alrededor, formado por
localidades sometidas a los aliados, en un intento de debilitarla por
aislamiento.
Como réplica a esta actuación, Motecuhzoma reunió un ejército que derrotó a las ciudades
momentáneamente coaligadas, capturando 6.200 combatientes en los alrededores de
Ahuilizapan, que fueron llevados a
las capitales de la zona lacustre. Corría el año de 1.461 -según se sostiene en el Códice
Telleriano-Remensis-. Los dirigentes de Cuetlachtlan aceptaron convertirse en
tributarios, aunque en este caso les fue impuesto un gobernador foráneo para
dirigirlos, providencia que no era común por parte de la Triple Alianza. Lo habitual era dejar
a los dirigentes locales en sus cargos y no inmiscuirse en los asuntos diarios
de gobernanza, sobre todo en las ciudades que se sometían sin enfrentamiento
bélico. En aquellas localidades que se resistían o que se rebelaban, además de
incrementar el tributo, a veces se nombraba un gobernador -cuauhtlahtoani- procedente de las metrópolis de la
confederación. Aún así el gobernador solía ser una especie de observador
de los asuntos internos que ejercía más bien como supervisor de las actuaciones
de los líderes locales y que garantizaba que se cumplía con los gravámenes
impuestos e informaba a la metrópoli de cualquier acontecimiento que pudiese
afectar sus intereses políticos, económicos o de cualquiera otra naturaleza.
Después de las campañas de la Huaxteca, los aliados fueron otra vez hacia el sur para tomar las
ciudades de Coaixtlahuacan y Tepozcolollan, en
1.461 -según la “Historia de los mexicanos por sus pinturas”-. Tezozómoc y
Durán alegan que el motivo fue la muerte de 160 mercaderes a quienes asesinaron
y robaron sus pertenencias. Unos comerciantes de Toltitlan que lograron salvarse
llevaron las noticias a Tenochtitlan.
Para hacer frente a dicha contingencia se
reunió un ejército aliado de doscientos mil guerreros apoyados por unos cien
mil porteadores. Las poderosas e independientes ciudades de Huexotzinco y Tlaxcallan,
más allá de los grandes volcanes, estaban siendo rodeadas, como se ha dicho,
por territorios conquistados por las ciudades de la Triple Alianza, por lo que prestaron
ayuda en esta guerra a Coaixtlahuacan con el fin de poder mantener libres las vías
de comercio hacia el sur y hacia las
tierras del Golfo. Los coaixtlahuacas y sus coa-ligados fueron derrotados, la
ciudad fue asaltada y sus dirigentes negociaron la rendición y sometimiento a
tributo. Ver Mapa 13.
Con posterioridad a la derrota de Coaixtlahuacan, se rebelaron las
ciudades ya conquistadas de Ahuilizapan y Cuetlachtlan. Convencidos de nuevo
por los tlaxcaltecas, que les ofrecieron ayuda en caso de que los mexicas tomasen represalias,
asesinaron a los recolectores de tributos tenochcas encerrándolos en una sala y
sofocándolos con el humo producido por chile ardiente. Conocida la noticia por Motecuhzoma, reunió un ejército
aliado que se dirigió hacia las ciudades rebeldes y las destruyó. Los impuestos
fueron doblados, como era habitual en estas ocasiones, y los dirigentes locales
fueron ajusticiados por orden de aquél. Se aprovechó esta campaña para tomar Cozamaloapan, más al sur.
También se extendieron las conquistas
hacia las tierras de mixtecas y zapotecas. Motecuhzoma envió embajadores a Coatzacoalco -hoy
Coatzacoalcos- en solicitud de polvo de oro, conchas y otros productos, con el
significado que ya sabemos que tenía tal petición. La ciudad ofreció sus
productos y los enviados, descansando de regreso en la población de Mictlan -Mitla-, fueron
asesinados por los de Huaxyacac -Oaxaca- y sus cuerpos arrojados al camino
para que fueran comidos por los animales.
Como represalia, los aliados despacharon un ejército que destruyó por
completo la ciudad de Huaxyacac, e hizo numerosos
prisioneros para el sacrificio. Se enviaron colonos de las capitales de la Triple Alianza para repoblar la ciudad y fue nombrado como
gobernador un pariente de Motecuhzoma. La ocupación de las
poblaciones de esta zona permitía, a través de Tochtepec y su importante mercado, el acceso a las tierras del sur
del Golfo y más allá del istmo.
A Chalco le llegó su derrota final en 1.465. Como ya se
ha dicho anteriormente los conflictos con los chalcas venían produciéndose
desde los tiempos en que los mexicas fueron expulsados de Chapoltepec, y después cuando éstos
actuaron como mercenarios de Atzcapotzalco; pero los últimos
choques entre unos y otros no habían hecho inclinar la victoria definitivamente
del lado mexica. Los chalcas habían constituído una poderosa confederación formada por cuatro
señoríos: Tlalmanalco, Amaquemecan, Tenanco y Chimalhuacan.
Los propósitos de la ocupación eran
varios: por un lado poder tener acceso a la rica producción agrícola de la
zona; por otro proteger el repliegue de las tropas hacia Tenochtitlan al regreso de conquistas
lejanas; y en tercer lugar, aislar por el oeste a los señoríos de Tlaxcallan, Huexotzinco y Cholollan.
Batidos los chalcas, los tlahtoque de varias ciudades fueron sustituídos por
gobernadores militares y muchos habitantes huyeron hacia Huexotzinco. Además de someter a
tributación a los vencidos se repartieron tierras entre los ganadores: Tenochtitlan, Tetzcoco y Tlacopan.
Al año siguiente, en 1.466, fueron
tomadas Tepeyacac -Tepeaca, en el actual
Estado de Puebla- y varias ciudades aledañas. Es de suponer que el fin último
que indujo tal conquista tuviera también que ver con el pretendido aislamiento, esta vez por el sur, de la
confederación tlaxcalteca. El
motivo aducido para emprender la empresa fue el tan repetido asesinato de mercaderes que asistían al importante mercado
de la ciudad.
Motecuhzoma
Ilhuicamina
envió embajadores a declarar la guerra y reunió un ejército integrado por
efectivos de la Triple Alianza y de las ciudades sometidas de los alrededores
de los lagos.
Llegado el ejército a las cercanías de Tepeyacac se enviaron espías que informaron que la ciudad se hallaba sin defensas ni fortificaciones. Los aliados aprovecharon tal circunstancia para dividir sus fuerzas en cuatro contingentes que se apoderaron a la vez de las ciudades de Tecalco, Cuauhtinchan, Acatzinco y Tepeyacac, destruyéndolas y quemando sus templos principales, como era habitual cada vez que se tomaba por las armas una población. También se sometieron, aunque probablemente sin intervención bélica, Otztoticpac, Coatepec, Tecamachalco, Yohualtepec y Tetlicyoccan. Uno de los tributos que se impusieron a Tepeyacac, según narra Durán, fue el abastecimiento de esclavos para el sacrificio:
1-Itzyocan (Izúcar de Matamoros); 2-Chinantla (Chinantla); 3-Piaztlan (Piaxtla); 4-Acatlan (Acatlán de Osorio); 5-Coaixtlahuacan (San Juan Bautista Coixtlahuaca); 6-Tepozcolollan (San Pedro y San Pablo Teposcolula).
7-Cuetlachtlan (Cotaxtla); 8-Cuauhtochco (cerca de Carrillo Puerto); 9-Ahuilizapan (Orizaba); 10-Cozamaloapan (Cosamaloapán).
11-Tamazollan (Tamazola); 12-Huaxyacac (Oaxaca); 13-Miahuatlan (Miahuatlán de Porfirio Díaz); 14-Mictlan (Mitla); 15-Quetzaltepec (San Miguel Quetzaltépec); 16-Otlatlan (Otatitlán); 17-Tochtepec (San Juan Bautista Tuxtépec). |
1. Fray Juan de Torquemada: Monarquía Indiana. Edición digital. UNAM. Instituto de Investigaciones Históricas. Estudios de Cultura Nahuatl. México 1975-1983. Vol. I, Libro II, Caps. XXXV y XXXVI. pp. 190-198.↩
2. Mariano Fernández de Echevarría y Veytia: Historia antigua de México. Impr. De Juan Ojeda. México 1836. Tomo III. Libro II. Caps. LII a LIV. pp. 106-139.↩
3. Domingo Francisco de San Antón Muñón Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin: Las Ocho Relaciones y el Memorial de Colhuacan. Ed. CONACULTA. México 2003, 1ª reimpresión. Vol. II. Séptima Relación. p. 85. En su Quinta Relación (Vol. I. p. 395), cita 1.453 para este comienzo, por lo que hay que admitir con ciertas reservas la fiabilidad de las fechas.↩
4.Fray Juan de Torquemada: Ob. cit. Vol. I, Libro II, Cap. XLVI. P. 218. ↩
5. Ross Hassig: Aztec Warfare. Imperial expansion and Political control. University of Oklahoma Press. First ed. 1988. p. 162.↩
6. Fray Diego Durán: Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme. Vol. I. CONACULTA. Cien de México. Primera reimpresión. 2002. México. p. 229.↩
7. Fray Diego Durán: Ob. cit. p. 209. ↩